domingo, 25 de junio de 2023

La Biblia y la Profecía - Cómo interpretar la Biblia

"Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado" (Daniel 8:14).

La profecía bíblica es fundamental para nuestra identidad y misión. La profecía provee un mecanismo interno y externo para confirmar la exactitud de la Palabra de Dios. Jesús dijo: “Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis” (Juan 14:29; ver además Juan 13:19). La pregunta esencial es: ¿Cómo interpretar la profecía correctamente para saber cuándo se ha cumplido? Durante la Reforma, los reformadores siguieron el método historicista. Este método es el mismo que usaron Daniel y Juan como la clave para su interpretación. El método historicista considera que la profecía tiene un cumplimiento progresivo y continuo en la historia, que comienza en el pasado y termina con el Reino eterno de Dios. Esta semana, estudiaremos los pilares de la interpretación profética historicista. “Hemos de ver en la historia el cumplimiento de la profecía, estudiar las intervenciones de la Providencia en los grandes movimientos de reforma y entender la progresión de los eventos que culminan en la reunión de las naciones para la última batalla del gran conflicto” (8TI, 321).

I. EL HISTORICISMO Y LA PROFECÍA

El método básico que los Adventistas del Séptimo Día aplican para estudiar las profecías se llama historicismo. Es la idea de que muchas de las profecías más importantes de la Biblia siguen un flujo lineal ininterrumpido de la historia, desde el pasado hasta el presente y hacia el futuro. Se asemeja a la forma de estudiar historia en la escuela. Lo hacemos de esta manera porque así es como la Biblia interpreta estas profecías para nosotros. 
Lee Daniel 2:27 al 45. ¿Qué aspectos del sueño indican una sucesión continua e ininterrumpida de poderes a lo largo de la historia? ¿De qué manera la Biblia nos muestra cómo interpretar la profecía apocalíptica (del tiempo del fin)? Fíjate que el reino de Nabucodonosor se reconoce como la cabeza de oro. De este modo, Daniel identifica a Babilonia como el primer reino (Daniel 2:38). Entonces, Daniel dice: “Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino” (Daniel 2:39), y luego un cuarto (Daniel 2:40). El hecho de que estén sucesivamente uno tras otro, sin espacios, está igualmente implícito en la imagen, ya que cada uno de los reinos está representado en las partes de un cuerpo mayor que va desde la cabeza hasta los dedos de los pies. Están conectados, así como el tiempo y la historia también están conectados. En Daniel 7 y 8, en vez de una imagen, se utilizan símbolos de bestias específicas, pero la enseñanza es la misma. Se nos da una secuencia ininterrumpida de cuatro reinos terrenales (tres en Daniel 8). Comienzan en la antigüedad, atraviesan la historia hasta el presente y continúan en el futuro, cuando Cristo regrese y Dios establezca su Reino eterno. De este modo, la imagen de Daniel 2 y las visiones sucesivas de Daniel 7 y 8 proveyeron la base para la interpretación profética historicista protestante, que los Adventistas del Séptimo Día aún mantienen en la actualidad. Lee Juan 14:29. ¿Qué dice Jesús que nos ayuda a entender cómo puede funcionar la profecía? ¿Qué gran ventaja tenemos los que vivimos en la actualidad, cuando ya ha transcurrido tanta historia, con respecto a alguien que vivió en los tiempos de Babilonia?

II. EL PRINCIPIO DÍA X AÑO

Una de las claves interpretativas del historicismo es el principio de día por año. Muchos eruditos, a lo largo de los siglos, aplicaron este principio a las profecías de tiempo de Daniel y Apocalipsis. Ellos extrajeron el principio de varios textos clave y del contexto inmediato de las profecías mismas. Lee Números 14:34 y Ezequiel 4:6. ¿Cómo enuncia Dios el principio de día por año en estos versículos específicos? En estos pasajes, podemos ver muy claramente la idea del principio de día por año. Pero ¿cómo justificamos el uso de este principio con algunas de las profecías de tiempo, como en Daniel 7:25 y Daniel 8:14, así como en Apocalipsis 11:2 y 3; 12:6 y 14; y 13:5? Otros tres elementos respaldan el principio de día por año en estas profecías de Daniel y Apocalipsis: el uso de símbolos, los largos espacios de tiempo y algunas expresiones peculiares. En primer lugar, la naturaleza simbólica de las bestias y los cuernos que representan reinos sugiere que las expresiones temporales también deben interpretarse como simbólicas. Las bestias y los cuernos no deben tomarse literalmente. Son símbolos de otra cosa. Por lo tanto, debido a que el resto de la profecía es simbólica, no literal, ¿por qué deberíamos tomar como literales solo las profecías de tiempo? La respuesta es, por supuesto, que no deberíamos. En segundo lugar, muchos de los acontecimientos y los reinos representados en las profecías cubren un lapso de muchos siglos, lo que sería imposible si las profecías de tiempo que los representan se tomaran literalmente. Una vez que se aplica el principio de día por año, el tiempo se ajusta a los acontecimientos de una manera notablemente precisa. Finalmente, las expresiones peculiares utilizadas para designar estos períodos sugieren una interpretación simbólica. En otras palabras, las formas en que el tiempo se expresa en estas profecías (p. ej., “dos mil trescientas tardes y mañanas”, de Daniel 8:14) no son las formas normales de expresar el tiempo, lo que indica que los períodos que se muestran deben tomarse en forma simbólica, no literal. Observa la profecía de las 70 semanas de Daniel 9:24 al 27. Leemos que “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe” (Dan. 9:25), habrá literalmente 69 semanas, o solo un año, 4 meses y una semana. Si esta profecía se la interpretara literalmente, no tendría sentido, ¿verdad? Sin embargo, ¿qué sucede cuando aplicamos el principio bíblico de día por año, y las 70 semanas se convierten en 490 años?

III. IDENTIFICACIÓN DEL CUERNO PEQUEÑO

Durante siglos, los reformadores protestantes identificaron el poder del cuerno pequeño de Daniel 7 y 8 como la iglesia romana. ¿Por qué? Lee Daniel 7:1 al 25 y 8:1 al 13. ¿Cuáles son las características comunes del cuerno pequeño en ambos capítulos? ¿Cómo podemos identificarlo? Hay siete características comunes entre el cuerno pequeño de Daniel 7 y 8: (1) se describe a ambos como un cuerno; (2) ambos son poderes perseguidores (Daniel 7:21, 25; 8:10, 24); (3) ambos se exaltan a sí mismos y son blasfemos (Daniel 7:8, 20, 25; 8:10, 11, 25); (4) ambos atacan al pueblo de Dios (Daniel 7:25; 8:24); (5) el tiempo profético delinea aspectos de la actividad de ambos (Daniel 7:25; 8:13, 14); (6) ambos se extienden hasta el fin del tiempo (Daniel 7:25, 26; 8:17, 19); y (7) ambos serán destruidos en forma sobrenatural (Daniel 7:11, 26; 8:25). La historia identifica al primer reino como Babilonia (Dan. 2:38); al segundo, como Medopersia (Dan. 8:20); y al tercero, como Grecia (Daniel 8:21). La historia es inequívoca: después de estos imperios mundiales viene Roma. En Daniel 2, el hierro que representa a Roma continúa en los pies de hierro mezclado con barro cocido; es decir, hasta el fin de los tiempos. El cuerno pequeño de Daniel 7 surge de la cuarta bestia, pero sigue siendo parte de esta cuarta bestia. ¿Qué poder salió de Roma y continuó con su influencia político-religiosa durante al menos 1.260 años (ver Daniel 7:25)? Solo un poder encaja con la historia y la profecía: el Papado. El Papado llegó al poder entre las diez tribus bárbaras de Europa y eliminó a tres de ellas (Daniel 7:24). El Papado era “diferente de los primeros” (Daniel 7:24), lo que indica su singularidad en comparación con las otras tribus. El Papado hablaba “palabras contra el Altísimo” (Daniel 7:25) y “se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos” (Daniel 8:11) al usurpar el papel de Jesús y reemplazarlo por el del Papa. El Papado cumplió la predicción de perseguir a “los santos del Altísimo” (Daniel 7:25) y de echar por tierra a “parte del ejército” (Daniel 8:10) durante la Contrarreforma cuando los protestantes fueron masacrados. El Papado procuró “cambiar los tiempos y la ley” (Daniel 7:25) al eliminar el segundo Mandamiento y cambiar el día de reposo del sábado al domingo. En Daniel 2, 7 y 8, después de Grecia, surge un poder que existe hasta el fin. ¿Qué otro poder podría ser ese aparte de Roma, ahora en su etapa papal? Por más políticamente incorrecta que sea, ¿por qué esta es una enseñanza vital del mensaje de los tres ángeles y, por lo tanto, un componente vital de la Verdad Presente?

IV. EL JUICIO INVESTIGADOR

El bosquejo profético estudiado esta semana ha encontrado un apoyo abrumador entre los historicistas protestantes desde la Reforma. Pero no fue hasta el movimiento millerita a principios del siglo XIX que los 2.300 días y el Juicio Investigador fueron cuidadosamente reconsiderados y estudiados. Mira el siguiente cuadro:

Daniel 7                                          Daniel 8

Babilonia (león)                             No aparece en este capítulo

Medopersia (oso)                          Medopersia (carnero)

Grecia (leopardo)                          Grecia (macho cabrío)

Roma pagana (cuarta bestia)          Roma pagana (el cuerno avanza horizontalmente)

Roma papal (cuerno pequeño)          Roma papal (el cuerno avanza verticalmente)

Lee Daniel 7:9 al 14; y 8:14 y 26. ¿Qué ocurre en el cielo según muestran estos versículos? Después del período de persecución medieval, que terminó en 1798 con la captura y la reclusión del Papa por parte del general Berthier (Apocalipsis 13:3), Daniel 7 y 8 hablan de juicio. El Juicio se llevará a cabo en el cielo, donde “el Juez se sentó” (Daniel 7:10) y “con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días” (Daniel 7:13). Esta es una escena de juicio que ocurre después de 1798 y antes de la segunda venida de Jesús. Esta escena de juicio en Daniel 7 es directamente análoga a la purificación del Santuario en Daniel 8:14. Hablan de lo mismo. Según Daniel 8:14, el tiempo de esta “purificación del santuario”, que es la terminología del Día de la Expiación, es de 2.300 tardes-mañanas, o días. Con el principio de día por año, estos días representan 2.300 años. El punto de partida de los 2.300 años se encuentra en Daniel 9:24, en el que la profecía de las 70 semanas (490 años) está chatak, “cortada” o “determinada”, de la visión de los 2.300 días (Dan. 9:24). De hecho, muchos eruditos consideran acertadamente que la profecía de 2.300 días (años) de Daniel 8:14 y la profecía de las 70 semanas (490 años) de Daniel 9:24 al 27 son dos partes de una profecía. El siguiente versículo de la profecía de las 70 semanas, Daniel 9:25, indica el comienzo del período: “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén”. La fecha para este hecho es “el séptimo año del rey Artajerjes” (Esdras 7:7), o 457 a.C. Si contamos 2.300 años hacia delante, llegamos a 1844, que no es mucho después de 1798 y antes de la segunda venida de Jesús. Esto es cuando Jesús entró en el Lugar Santísimo y comenzó su obra de intercesión, de purificación del Santuario celestial. Observa la tabla en el estudio del viernes.

V. LA TIPOLOGÍA COMO PROFECÍA

Los símbolos de las profecías apocalípticas, como los que se encuentran en Daniel y Apocalipsis, tienen un cumplimiento único. Por ejemplo, el macho cabrío encontró su cumplimiento en Grecia, un reino singular (Daniel 8:21). ¡Al fin y al cabo, el texto lo menciona directamente! ¿Podría ser más evidente? Sin embargo, la tipología se centra en personas, hechos o instituciones reales del Antiguo Testamento basados en una realidad histórica, pero que señalan a una realidad mayor en el futuro. El uso de la tipología como método de interpretación se remonta a Jesús y a los autores del Nuevo Testamento, e incluso la encontramos en el Antiguo Testamento. La única guía para reconocer un tipo y un antitipo es cuando un escritor inspirado de las Escrituras los identifica. 
Lee 1 Corintios 10:1 al 13. ¿A qué acontecimientos históricos se refiere Pablo al amonestar a la iglesia de Corinto? ¿Qué relación tiene esto con nosotros hoy? Pablo se remite a la realidad histórica del Éxodo y elabora una tipología basada en la experiencia de los antiguos hebreos en el desierto. De esta manera, Pablo muestra que Dios, quien inspiró a Moisés para registrar estos acontecimientos, quiso que “estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros” (1 Corintios 10:6), y de ese modo amonestaran al Israel espiritual para que resistiera la tentación mientras vivimos en los últimos días. Lee los siguientes pasajes y escribe el tipo y el cumplimiento del antitipo de cada uno, según lo describen Jesús y los autores del Nuevo Testamento.

Mateo 12:40

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Juan 19:36

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Juan 3:14, 15

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Romanos 5:14

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Juan 1:29

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En cada caso, Jesús y los escritores del Nuevo Testamento aplican el tipo y la interpretación antitípica que permiten resaltar el significado profético. De esta manera, apuntan a un mayor cumplimiento de la realidad histórica. Piensa en el servicio del Santuario terrenal, que funcionaba como un tipo de todo el plan de salvación. ¿Qué nos enseña esto acerca de la importancia del mensaje del Santuario para nosotros hoy?

CONCLUSIÓN

Lee 1844: Hecho simple, de Clifford Goldstein, como un lugar entre tantos para encontrar más material sobre la profecía de los 2.300 días.

El aspecto central que se debe considerar aquí es que la escena del Juicio de Daniel 7, que tiene lugar después de 1.260 años de persecución (Dan. 7:25), es lo mismo que la purificación del Santuario de Daniel 8:14. Y esta escena de Juicio celestial es lo que conduce, en última instancia, al establecimiento del Reino eterno de Dios al final de la triste historia de esta Tierra caída. Por lo tanto, tenemos poderosas evidencias bíblicas de la gran importancia que las Escrituras le dan a Daniel 8:14 y al acontecimiento que representa.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

1. Repasa Daniel 2. Fíjate con qué claridad se revela el método historicista: una secuencia ininterrumpida de imperios mundiales, que comienza en la antigüedad y termina con el establecimiento del Reino eterno de Dios. Dios nos da la clave para interpretar estas profecías. Sin embargo, ¿qué dice sobre el estado del mundo cristiano el hecho de que muy pocos cristianos empleen el método historicista en la actualidad? ¿Por qué este hecho ayuda a establecer aún más la relevancia del mensaje adventista para el mundo en este tiempo? 
2. ¿Qué tan bien entiendes la profecía los 2.300 días de Daniel 8:14? Si no la entiendes, ¿por qué no te tomas el tiempo necesario para estudiarla y compartirla con la clase? Quizá te sorprendas con la solidez de nuestra interpretación de esta profecía. 
3. Lee Daniel 7:18, 21, 22, 25 y 27. Observa el enfoque en lo que les sucede a los santos. ¿Qué les hace el cuerno pequeño? En contraste, ¿qué hace el Señor por ellos? ¿Cuáles son las buenas noticias para los santos con respecto al Juicio? ¿Qué les da finalmente el Juicio?

Textos clave: Daniel 2:27–45; Juan 14:29; Números 14:34; Daniel 7:1–25; 8:14; 1 Corintios 10:1–13.

RESEÑA

El reavivamiento de la Reforma Protestante se produjo como resultado directo del estudio de las emocionantes profecías de Daniel y Apocalipsis, y el redescubrimiento del método de interpretación historicista, derivado de Sola Scriptura. De hecho, la forma interna en que Daniel y Juan interpretaron las profecías se convirtió en la clave para el estudio protestante de la Biblia. El método historicista ve la profecía como un cumplimiento progresivo y continuo a lo largo del tiempo. Esta visión llevó a hombres como Wiclef, Lutero, Zuinglio, Knox y otros a identificar el cuerno pequeño en Daniel 7 y 8 y la bestia que sube del mar, como se muestra en Apocalipsis 13, como la Iglesia Católica Romana, el poder papal. La corriente reformista tuvo una enorme influencia en Europa, con lo que la gente salió de la Edad Media. Esta corriente fue seguida por la Inquisición Romana y la persecución masiva. Muchos de los reformadores huyeron a las costas pacíficas del Nuevo Mundo, donde pudieron adorar a Dios en espíritu y en verdad (ver Apocalipsis 12:13-17). Hoy la Biblia sigue siendo única en comparación con otros libros religiosos del mundo porque el treinta por ciento de su contenido es de naturaleza profética. La profecía bíblica proporciona un mecanismo interno y externo para confirmar la precisión de la Palabra de Dios. La profecía que apunta a la esperanza del Mesías venidero, la Segunda Venida, mantiene a la iglesia con expectativa y esperanza. Le otorga sentido y le da urgencia a la misión, porque si Jesús viene pronto llama a los creyentes a preparar al mundo para su gran advenimiento. Esta semana estudiaremos los pilares de la interpretación profética historicista que proporcionan la identidad y la misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

COMENTARIO

Ilustración 
Muy alejados de los inquisidores de Europa, los protestantes estadounidenses establecieron las primeras universidades importantes: Harvard, Yale y Princeton, para preparar a sus pastores. Durante más de un siglo y medio, los presidentes y los profesores de estas instituciones produjeron obras importantes que esbozan las profecías de Daniel y Apocalipsis desde una perspectiva historicista. 
Pero Roma no estaba ociosa. Los eruditos católicos, durante la Contrarreforma, reaccionaron a los protestantes con nuevas interpretaciones que desviaron la atención del Papado. El jesuita español Luis de Alcázar (1554–1613) formuló el preterismo, que interpretaba las profecías bíblicas simplemente como comunicación de acontecimientos que sucedieron en el pasado. Los preteristas mayormente negaban la posibilidad de la profecía predictiva. De Alcázar proyectó el poder del anticristo hacia el pasado, identificándolo con el emperador romano Nerón. 
Otro jesuita español, Francisco Ribera (1537-1591), publicó un comentario de quinientas páginas sobre el libro de Apocalipsis, que enseñaba que la mayoría de las profecías se cumplirían en el tiempo del fin en un breve período de tres años y medio. El futurismo iba en dirección opuesta a la de Alcázar, al colocar el énfasis de la profecía en el futuro y dejando a la iglesia papal de la Edad Media totalmente fuera del marco de tiempo profético. Ninguna de estas posturas tuvo mucha influencia al principio. 

Dos acontecimientos cambiaron este hecho afortunado. 
Según Sidney Rooy (En Wagenveld, 114) durante el siglo XIX, la introducción en algunos seminarios de la alta crítica de la Biblia representaba para muchos cristianos un cuestionamiento de las buenas nuevas del evangelio mismo. Surgieron respuestas apologéticas a las novedosas teorías acerca del origen de los libros de la Biblia. Como la crítica bíblica descansaba sobre argumentos racionales típicos del pensar intelectualizado de esos tiempos, las respuestas tendían a seguir la metodología racional. La famosa teología de Princeton llegó a postular que sin establecer la veracidad de la Biblia por vía racional, no tenía sentido seguir con el estudio de ella, de la historia de la iglesia, ni de la teología práctica. En respuesta a esta corriente intelectual nación el llamado 'Fundamentalismo'".

El enfoque histórico-crítico en el siglo XVIII afirmó eliminar la posibilidad de la profecía predictiva, al adoptar algunos principios de la postura preterista. Esta postura ahora es la predominante, ampliamente sostenida por eruditos de la Alta Crítica, tanto de tradiciones católicas como protestantes. Mientras tanto, los cristianos más conservadores fueron fuertemente influenciados por la Biblia de Referencia Scofield (1906), lo que llevó a que la gran mayoría en la actualidad acepte una visión futurista (dispensacionalista) que prevé un rapto secreto, la reconstrucción del Templo de Jerusalén y un milenio anterior a la segunda venida de Cristo. Solo los Adventistas del Séptimo Día siguen siendo un remanente entre los protestantes que defienden el método historicista

¿Cómo utilizaron los profetas bíblicos este método? 
Texto bíblico Daniel interpretó la imagen del sueño de Nabucodonosor en el capítulo 2, y los símbolos de los capítulos 7 y 8, como una serie de imperios que aparecen uno tras otro en una secuencia continua. Específicamente le dijo a Nabucodonosor que él, como representante de Babilonia, era la cabeza de oro (Daniel 2:38). Los siguientes tres reinos ocurren sucesivamente como partes del cuerpo conectadas entre sí. Estas partes están compuestas por varios metales, que las distinguen unas de otras, pero están conectadas por la imagen corporal en orden descendente. El ángel Gabriel identifica específicamente al segundo y al tercer reinos después de Babilonia como “los reyes de Media y de Persia” (Daniel 8:20) y el “rey de Grecia” (Daniel 8:21). Indudablemente, las piernas de hierro, que vienen después, deben identificarse con Roma, como lo ha demostrado el curso de la historia. La continuación del hierro en los dedos de los pies, aunque mezclado con arcilla, indica la continuación de Roma con el poder católico-romano. Cada visión sucesiva expande con mayor detalle las cosas que sucederán “en los postreros días” (Daniel 2:28). Daniel 7 y 8 se centran cada vez más en el poder del cuerno pequeño. La recapitulación, expansión y ampliación de detalles continúa en Daniel 11, en el que el Papado se convierte en el punto focal predominante. Este énfasis en el Papado es apropiado cuando vemos que la fuerza principal por enfrentar en la profecía de los 1.260 días/años debe ser, y solo puede ser, el Papado, hasta la herida mortal en 1798, y más allá. Esta interpretación nos conecta con los poderes de los que Juan habló proféticamente en Apocalipsis 12, 13 y 17. 
En Apocalipsis 13, el poder de la bestia que sube del mar refleja las actividades del cuerno pequeño en Daniel 7 y 8. Reina por el mismo período de 42 meses (Apocalipsis 13:5), o 1.260 años. Blasfema el nombre de Dios y su tabernáculo (Apocalipsis 13:6). Mata a espada y hace guerra contra los santos (Apocalipsis 13:10). Será adorado (Apocalipsis 13:8). Estas descripciones se cumplen en el Papado. Pero Dios protegió a la mujer, su iglesia, del poder (inducido por la serpiente) de la bestia que sube del mar, y la Tierra “tragó el río” (Apocalipsis 12:16). El preterismo le asigna una nueva fecha al profeta Daniel en el siglo II, después de que Babilonia, Medopersia y Grecia entraran en escena. Además, el preterismo reinterpreta el poder del cuerno pequeño como un rey seléucida, Antíoco Epífanes IV. (El futurismo también tiende a interpretar que el cuerno pequeño es Antíoco IV, pero luego también sugiere que aparecerá un futuro anticristo en el tiempo del fin.) Sin embargo, esta identificación no encaja, por varias razones: 
(1) El origen del cuerno pequeño. El cuerno pequeño salió “de uno de ellos” (Daniel 8:9). Los preteristas sostienen que el cuerno pequeño salió de uno de los cuatro cuernos (los generales Lisímaco, Casandro, Ptolomeo y Seleuco, y sus sucesores como jefes de los cuatro reinos macedonios en los que se dividió el imperio de Alejandro Magno). Pero la evidencia gramatical, contextual y sintáctica apunta a la conclusión de que el cuerno pequeño salió de uno de los “cuatro vientos”, o puntos cardinales, una expresión que precede inmediatamente a la frase. 
(2) La progresión del poder en los reinos. El carnero medopersa “se engrandecía” (Daniel 8:4), el macho cabrío griego “se engrandeció sobremanera” (Daniel 8:8), el cuerno pequeño “se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos” (Daniel 8:10, 11). Pero este engrandecimiento del poder no puede atribuirse a un solo gobernante débil como Antíoco IV. 
(3) La disposición del orden. Antíoco IV gobernó en medio de la dinastía seléucida, la séptima de una serie de 27 reyes. El poder del cuerno pequeño aparece “al fin del reinado de estos” (Daniel 8:23). Roma aparece en la última parte del Imperio Griego, no así Antíoco IV. 
(4) La dirección de la conquista. El poder del cuerno pequeño era para conquistar hacia el este, el sur y “hacia la tierra gloriosa” (Daniel 8:9); es decir, desde la dirección del oeste. Pero Antíoco IV fue el responsable de la pérdida de Judea, la “tierra gloriosa”, no de su conquista, y solo tuvo un éxito limitado en el sur (Egipto). 
(5) La abominación desoladora. Los eruditos creen que Antíoco IV causó la desolación del Santuario, pero Jesús en su época cita a Daniel y menciona que esta desolación aún está en el futuro (Mateo 24:15), y Antíoco IV ya había muerto hacía dos siglos. 
(6) Los “días” tarde/mañana. Las 2.300 tardes/mañanas se interpretan como los sacrificios que cesaron durante la profanación del Templo por parte de Antíoco IV. Por lo tanto, para adaptar la interpretación de Antíoco, el número se reduce a 1.150 días literales. Pero la frase ‘ereb bōqer es muy similar a la designación utilizada en Génesis 1 para referirse al día de 24 horas. Sin embargo, los sacrificios matutinos y vespertinos relacionados con el Santuario terrenal se mencionan en un orden diferente; por ende, la desolación mencionada en Daniel 8:13 no se refiere a la interrupción de los servicios del Santuario terrenal durante la época de Antíoco. 
(7) El cierre profético de la profecía. La estrecha relación entre Daniel 2 y 7 indica que hay una conclusión gloriosa. Pero, si Judas Macabeo, el judío, derrotó a Antíoco IV, ¿cómo llega Judas en las nubes de los cielos, como el hijo de hombre (Dan. 7:13), y en qué sentido su reino es eterno (Daniel 7:14)? (N. R. Gulley, Systematic Theology: The Church and the Last Things, pp. 713–717). Ni la interpretación preterista ni la futurista coinciden con los criterios del texto ni con el testimonio de Jesús. Por lo tanto, por estas y otras razones, la interpretación de Antíoco para Daniel 8 es insostenible. Solo la interpretación historicista de la profecía es la que identifica con precisión los últimos 2.600 años de historia en una perspectiva profética y secuencial.

APLICACIÓN A LA VIDA

¿Por qué en el siglo XXI nos importan estos detalles? Al examinar algunos de los desafíos planteados al modelo historicista de interpretación profética, debemos admitir que cuando usamos las Escrituras para interpretar las Escrituras y permitir que los profetas Daniel y Juan hablen sobre estos asuntos, debemos concluir con los reformadores que el poder del cuerno pequeño salió de la cuarta bestia (Daniel 7) desde el occidente hacia los cuatro vientos (Daniel 8) y gobernó durante 1.260 años, poco antes de que Cristo entrara en el Lugar Santísimo del Santuario. Juan se refiere a este mismo poder como la bestia que sube del mar (Apocalipsis 13:1-10). Solo hay una entidad que se ajusta a los criterios de las Escrituras y la historia: la Roma papal. También debemos reconocer que los otros dos métodos principales de interpretación, el preterismo y el futurismo, se originaron en Roma con el objetivo principal de rechazar la interpretación protestante durante la Contrarreforma. Este hecho plantea serias dudas sobre las principales iglesias protestantes actuales que han adoptado estos modelos católicos. Sin duda, esta situación apunta al cumplimiento de nuestra misión para proclamar el mensaje de los tres ángeles de llamar al pueblo de Dios a salir de la confusión de Babilonia, mientras todavía haya tiempo en la historia de la Tierra. Plantea estas preguntas en la clase:

1. ¿Cuánto han cambiado las iglesias protestantes en la actualidad? ¿De qué manera la posición historicista los ha protegido de los errores que enseña la Iglesia Católica, y cómo se ha eliminado esa protección en la práctica?

2. ¿De qué maneras puedes compartir el singular mensaje del “evangelio eterno” incorporado en el mensaje de los tres ángeles “a toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Apocalipsis 14:6, 7)?

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