domingo, 25 de junio de 2023

Elena White y la Sola Scriptura

By
Merlin D. Burt

Introducción

Uno de los principios fundamentales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, es que los dones del Espíritu mencionados por el apóstol Pablo (Romanos 12:4-8, Efesios 4:11-13, y 1 Corintios 12:27-31), se extienden más allá del primer siglo después de Cristo y se pueden esperar en la era moderna. Entre estos dones, está el de profecía y los adventistas creen que este don se manifestó en la vida y el ministerio de Elena de White (1827-1915). (Creencias de los Adventistas del Séptimo Día: Una exposición de las doctrinas fundamentales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (Nampa, ID: Pacific Press Publishing Association, 2006), 246.

Esta creencia ha sido malinterpretada por algunos protestantes que llegan a la conclusión de que una manifestación moderna del don de profecía, puede socavar uno de los principios fundamentales de la Reforma: la Sola Scriptura. Desde que los adventistas creen en la legitimidad de una manifestación del don de profecía al final de los tiempos, algunos han concluido que ellos consideran los escritos de Elena de White como una escritura adicional. Esta conclusión es incorrecta.

El propósito de esta investigación es presentar el punto de vista, que los Adventistas del Séptimo Día tienen sobre la relación entre los escritos de Elena de White y la Biblia, para demostrar que ellos son cristianos protestantes que creen en la Sola Scriptura. Esto se realizará proveyendo una breve descripción de cuatro partes: (1) Se examinará, la comprensión que los primeros adventistas tuvieron del don profético de Elena de White en relación con la Escritura; (2) así como las propias declaraciones y experiencias de White en relación con la Biblia. (3) Después, vamos a tomar en cuenta la comprensión adventista del don profético que ella tuvo, en términos de revelación e inspiración canónica y no-canónica. (4) Finalmente exploraremos la labor de Elena White en el desarrollo doctrinal de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

El entendimiento histórico-adventista de los escritos de Elena de White

Los adventistas han seguido históricamente un enfoque restaurador de la Escritura, que rechaza los credos y las tradiciones como autoritarios. Ellos, buscan someter y criticar los siglos de desarrollo institucional, litúrgico y la doctrina cristiana, escrutándolas directamente desde la Escritura con el fin de construir una fe bíblica. Dos de los tres principales fundadores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Jaime White y José Bates, provenían de una rama de la Iglesia Conexión Cristiana en el norte de Nueva Inglaterra. Ellos, introdujeron al adventismo un firme principio de la Sola Scriptura. A pesar de que en la actualidad los adventistas poseen una declaración de creencias fundamentales, ellos no las ven como un credo, sino más bien, como una representación de sus puntos de vista. A lo largo de los años, su declaración de creencias ha sido revisada y ampliada.

En el preámbulo a la declaración de las creencias fundamentales, se puede leer lo siguiente:

"Los Adventistas del Séptimo Día aceptamos la Biblia como nuestro único credo y sostenemos una serie de creencias fundamentales basadas en las enseñanzas de las Sagradas Escrituras. Estas creencias, tal como se presentan aquí, constituyen la forma como la iglesia comprende y expresa las enseñanzas de la Escritura. Se pueden revisar estas declaraciones en un congreso de la Asociación General, si el Espíritu Santo lleva a la iglesia a una comprensión más plena de la verdad bíblica o encuentra un lenguaje mejor para expresar las enseñanzas de la Santa Palabra de Dios". (Creencias de los Adventistas del Séptimo Día: Una exposición de las doctrinas fundamentales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (Nampa, ID: Pacific Press Publishing Association, 2006), 5, 6.

Desde los inicios de su movimiento, los Adventistas del Séptimo Día se han apoyado solamente en la Biblia para llegar a un acuerdo en cuanto a la doctrina y la práctica. En la actualidad, la primera doctrina dice lo siguiente:

Las sagradas Escrituras, que abarcan el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, constituyen la Palabra de Dios escrita, trasmitida por inspiración divina mediante santos hombres de Dios que hablaron y escribieron impulsados por el Espíritu Santo. Por medio de esta Palabra, Dios comunica a los seres humanos el conocimiento necesario para alcanzar la salvación (2 Pedro 1:20, 21; 2 Timoteo 3:16, 17; Salmos 119:105; Proverbios 30:5, 6; Isaías 8:20; Juan 17:17; 1 Tesalonicenses 2:13; Hebreos 4:12).(Creencias de los Adventistas del Séptimo Día: Una exposición de las doctrinas fundamentales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (Nampa, ID: Pacific Press Publishing Association, 2006), 11.

En A Word to the Little Flock [Un mensaje a la Pequeña grey], la primera publicación de los adventistas sabatarios, Jaime White escribió: "La Biblia es una revelación completa y perfecta. Es nuestra única regla de fe y práctica" (Jaime White, A Word to the Little Flock, 30 de mayo, 1847).

Nueve años después, él escribió: "Yo todavía digo que la Biblia es mi regla de fe y práctica y al decir esto, yo no rechazo al Espíritu Santo y su diversidad de actuaciones. (Jaime White, "Notes," Review and Herald, 14 de febrero, 1856)

En 1863, señaló lo siguiente: "Cuando afirmamos apoyarnos en la Biblia y sólo la Biblia, nos ceñimos a recibir de manera inequívoca y completamente todo lo que la Biblia enseña". (Jaime White􏰁 􏰂Do We Discard the Bible by Endorsing he Visions?," RH, 13 de enero, 1863).

Urías Smith, un viejo editor de la Review and Herald, escribió en 1868: "La Biblia tiene el poder de hacernos sabios para la salvación, y revestirnos completamente hacia toda buena obra. ¿Será que las visiones se proponen invadir esta esfera, y erigir una nueva norma, y darnos otra regla de fe y práctica? De ninguna manera. Al contrario, ellas [las visiones] siempre están en armonía con la Palabra, y éstas siempre se refieren ella [la Biblia] como la prueba y la norma). (Urías Smith, The Visions of Mrs. E. G. White: A Manifestation of Spiritual Gifts According to the Scriptures (Battle Creek, MI: Seventh-day Adventist Publishing, 1868), 13.

La razón por la cual Jaime White aceptó la legitimidad de una manifestación profética posterior al Nuevo Testamento, se basaba en su comprensión de la Escritura. Él citó textos como Joel 2:28-30 y Hechos 2:17-20, y escribió: "Los sueños y las visiones están entre las señales que preceden al gran y eminente día del Señor... Estoy consciente de que ésta es una posición muy impopular de sostener en este tema, incluso entre los adventistas; pero yo elijo creer a la Palabra del Señor en cuanto a este punto, en vez de las enseñanzas de los hombres". (Urías Smith, The Visions of Mrs. E. G. White: A Manifestation of Spiritual Gifts According to the Scriptures (Battle Creek, MI: Seventh-day Adventist Publishing, 1868), 13.

En 1868, Jaime White mantuvo su consistencia en su posición en cuanto a la Escritura, escribió:

Ahora podemos ver que los dones del Espíritu ocupan su debido lugar. Ellos no se manifiestan para otorgar una norma de fe y práctica. Ya nosotros tenemos una regla que es perfecta y que se encuentra en las Sagradas Escrituras. Estos (los dones) no fueron diseñados para ocupar el lugar de las Escrituras. Al igual que tampoco son otorgados porque las Escrituras sean una norma imperfecta de fe y práctica. Pero a causa de los errores del pueblo que profesa ser de Dios, al desviarse de la norma perfecta, la cual fue dada a ellos, los dones se manifiestan para corregir el error, y llevarlos a la Biblia como su lámpara y guía. (Jaime White, Life Incidents in Connection with the Great Advent Movement: As Illustrated by the Three Angels of Revelation XIV (Battle Creek, MI: Seventh-day Adventist Publishing, 1868), 328

Estas declaraciones representan la postura coherente de los primeros Adventistas del Séptimo Día acerca de la Sola Scriptura. Ellos, afirmaron categóricamente que la Biblia es la única autoridad normativa en asuntos de fe y práctica. Su razón para creer en la manifestación del don profético más allá de la época del Nuevo Testamento, se fundó en argumentos bíblicos. Esta posición inicial ha permanecido firme, hasta la actualidad, tal y como lo demuestra la declaración de las Creencias fundamentales de los Adventistas del Séptimo Día.

Elena de White y la Biblia

Elena de White escribió de forma extensa sobre la relación de sus escritos con la Biblia, y sobre el rol de la Biblia con la fe y la vida práctica. White, estuvo rotundamente de acuerdo con el principio de la Sola Scriptura. Ella escribió: "La Biblia y sólo la Biblia, es nuestra única regla de fe".(CSOES, 93).

"Las palabras de la Biblia, y de la Biblia sola, deben oírse desde el púlpito". PR, 461.

En la conclusión de su primer libro - publicado en 1851-, marcó la pauta de la postura de Elena de White acerca de la relación entre sus escritos y la Biblia:

"Recomiendo al amable lector la Palabra de Dios como regla de fe y práctica. Por esa Palabra hemos de ser juzgados. En ella, Dios ha prometido dar visiones en los "postreros días", no para tener una nueva norma de fe, sino para consolar a su pueblo, y para corregir a los que se apartan de la verdad bíblica. PE, 78.

Esta declaración que hizo en su primer libro, resonó durante toda su vida. A la mitad de su ministerio en 1885, ella escribió al público en la revista de la iglesia que: "La Biblia y sólo la Biblia, ha de ser nuestro credo, el único vínculo de unión. Todos los que se inclinen ante esta Santa Palabra, estarán en armonía".RH, 15/12/1885

En su última aparición ante el congreso de la Asociación General de 1909, ella concluyó su sermón levantando una Biblia frente a todos los presentes, y les dijo: "Hermanos y hermanas, yo les recomiendo este Libro". (Citado en W. A. Spicer, The Spirit of Prophecy in the Advent Movement (Washington D.C.: Review and Herald, 1937), 30.

Al escribir de sus experiencias y las de los otros fundadores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, ella escribió: "Entonces adoptamos la posición de que la Biblia, y la Biblia sola, debía ser nuestra guía; y jamás debemos apartarnos de esta posición". (Carta 105), 1 de junio, 1903.

También, escribió de forma explícita sobre el principio de la Reforma protestante de la Sola Scriputra. "En la actualidad los hombres se han alejado mucho de sus doctrinas y preceptos [de los Reformadores], y se hace muy necesario volver al gran principio protestante: la Biblia, únicamente la Biblia, como regla de la fe y del deber, Dios tendrá en la tierra un pueblo que sostendrá la Biblia y la Biblia sola, como piedra de toque de todas las doctrinas y base de todas las reformas". CS, 581.

Al referirse a los protestantes que apelan a la tradición o a los padres de Iglesia, ella escribió: "Pueden apelar a la autoridad de la tradición y de los padres para apoyar el cambio; pero al hacerlo pasan por alto el principio mismo que los separa de Roma, es a saber, que la Biblia, y la Biblia sola, es la religión de los protestantes". CS, 442.

En total, los escritos publicados de Elena de White contienen la frase "La Biblia y sólo la Biblia," cuarenta y cinco veces, y la frase "la Biblia y solamente la Biblia" aparece unas cuarenta y siete veces.

La Biblia jugó un papel central en la experiencia y el ministerio personal de Elena de White. Ella, no solo usó las Escritura, sus escritos están plagados de ésta. La mayoría de sus libros más importantes son comentarios sobre la Biblia. Su serie de cinco volúmenes El conflicto de los siglos, es mayormente un comentario cronológico de la Biblia. Otros libros como Palabras de vida del gran maestro y El discurso maestro de Jesucristo, son comentarios sobre las parábolas y los sermones de Jesús en los evangelios. Sus otros libros principales, La educación, El ministerio de curación y El camino a Cristo, aunque fueron escritos por tópicos, están firmemente arraigados en la Escritura y en los principios bíblicos.

Elena de White creía que sus visiones y escritos no habrían sido necesarios si los creyentes profesos hubiesen sido diligentes en su estudio de la Biblia. El 30 de abril de 1871, ella tuvo un sueño, el cual la llevó a la que quizás fue su discusión más directa de la relación de sus escritos con la Biblia. (Para un análisis de la relación entre los escritos de Elena de White y la Escritura, ver Tim Poirier, "Contemporary Prophecy and Scripture" The Relationship of Ellen G. White's Writings to the Bible in the Seventh-day Adventist Church, 1845-1915" (Documento, Wesley Theological Seminary, marzo 1986)

Se vio a sí misma dirigiéndose a un grupo grande en una reunión importante de la iglesia.

"No están familiarizados con las Escrituras", escribió ella. "Si hubieran estudiado la Palabra de Dios, con un deseo de alcanzar la norma bíblica y lograr la perfección cristiana, no habrían necesitado los Testimonios. Es porque han descuidado el conocimiento del Libro inspirado por Dios, por lo que él ha procurado alcanzarlos por medio de testimonios sencillos y directos" ...continuó diciendo, "El Señor tiene el propósito de advertirnos, reprendernos, aconsejarnos por medio de los Testimonios que ha dado, y de impresionar nuestra mente con la importancia de la verdad de su Palabra. Los Testimonios escritos no son para dar nueva luz, sino para imprimir vívidamente en el corazón las verdades de la inspiración ya reveladas". 2TI, 535.

Elena de White, usó analogías para describir la relación que tenían sus escritos con las Escrituras. Ella escribió que "poco caso se hace de la Biblia, y el Señor ha dado una luz menor para guiar a los hombres y mujeres a la luz mayor. RH, 20 de enero, 1903.

La comparación entre "la luz mayor y la luz menor" sugiere que así como la luna deriva su luz del sol y refleja sólo lo que emite la fuente, de la misma manera sus mensajes derivan su autoridad de la Escritura y sirven sólo para reflejar los principios que en ésta se presentan". Poirier, "Contemporary Prophecy", 16.

Estas descripciones y declaraciones demuestran claramente que Elena de White creía en la Sola Scriptura, aun cuando creía que Dios había hablado con ella de una manera sobrenatural y profética.

Los escritos de Elena de White y el canon de la Biblia

Mientras que los adventistas, no hacen diferencia entre la naturaleza o el carácter de la inspiración de los Testimonios en comparación con los escritores bíblicos; ellos, saben muy bien la diferencia entre el rol y función de la Biblia y sus escritos. Los adventistas pudiesen comparar sus escritos con los de aquellos profetas no canónicos, tales como Enoc, Hulda, Débora, María, Elías, Eliseo, Gad, Ahías, Iddo, Juan el Bautista, y los apóstoles de Jesús, que no escribieron porciones de las Escritura. Elena de White, escribió:

Durante las épocas en que las Escrituras tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento eran entregadas a la circulación, el Espíritu Santo no dejó de comunicar luz a individualidades aisladas, aparte de las revelaciones que debían ser incorporadas en el Sagrado Canon. La Biblia misma da cuenta de cómo, por intermedio del Espíritu Santo, ciertos hombres recibieron advertencias, censuras, consejos e instrucción en asuntos que no se referían en nada a lo dado en las Escrituras. También habla de profetas que vivieron en diferentes épocas, pero sin hacer mención alguna de sus declaraciones. Asimismo, una vez cerrado el canon de las Escrituras, el Espíritu Santo debía llevar adelante su obra de esclarecimiento, de amonestación y consuelo en bien de los hijos de Dios. CS, 12.

Natán, en particular, es un buen ejemplo de un profeta no canónico con una labor similar a la de Elena de White. Fue llamado un profeta, escribió un libro inspirado, pero no está incluido en la Biblia. Sin embargo, su labor profética fue reconocida por David (quien fue un profeta canónico). Véase, 1 Reyes 1; 1 Crónicas 17:1-15; 29:29; 2 Crónicas 9:29 y Salmos 51:1.

Por lo tanto, los adventistas y Elena de White atribuyen claramente la autoridad fundamental al canon de las Escrituras y no ven las modernas visiones y sueños proféticos como escritura adicional.

El papel de Elena de White en la doctrina adventista

Un punto adicional necesita ser considerado antes concluir este estudio aclarativo y es sobre el papel de las visiones y sueños de Elena de White en el desarrollo doctrinal de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Se ha demostrado históricamente que sus escritos no fueron la base de ninguna doctrina del adventismo. Aunque sus consejos han ayudado a enriquecer el estudio doctrinal adventista y proporcionado corrección y una influencia unificadora, sus escritos nunca han sido considerados como la base de la doctrina fundamental de los adventistas o la experiencia cristiana. A continuación, se hará un breve repaso del desarrollo de las creencias adventistas.

Los primeros adventistas trajeron consigo de otras denominaciones protestantes sus doctrinas de Dios, la salvación y el pecado. Aunque, estos conceptos se desarrollaron con el transcurso del tiempo, fueron comparables en muchos aspectos con la rama protestante arminiana en vez de la calvinista. Algunas doctrinas que pueden ser consideradas como distintivas para los Adventistas del Séptimo Día, fueron heredadas o desarrolladas a través del estudio de la Biblia. El concepto del inminente regreso de Jesús, basado en la interpretación historicista de Daniel y Apocalipsis vino a través del movimiento millerita y de la comprensión historicista de la época de la Reforma. La doctrina adventista de la inmortalidad condicional, la inconciencia del alma en la muerte y la destrucción final de los injustos, se heredó a través de un punto de vista minoritario dentro del movimiento Millerita e influenciado a su vez por George Storrs.(George Storrs, "An Inquiry: Are the Wicked Immortal? In Six Sermons", Bible Examiner, mayo 1843, 2-14; idem, "Intermediate State of the Dead" or State from Death until the Resurrection", Bible Examiner, mayo 1843, 15-16.

La creencia del sábado como el séptimo día, se debe en gran parte a la influencia de los Bautistas del Séptimo Día. Elena de White, aceptó la creencia de la inmortalidad condicional antes de que hubiera recibido su primera visión, y aceptó el sábado a través del estudio personal de la Biblia en concordancia con un folleto escrito por José Bates. Esto sucedió justo después de su matrimonio, alrededor de septiembre de 1846. Ella no tuvo ninguna visión sobre el sábado sino después de cinco meses de haberlo aceptado. La doctrina del Santuario celestial y la importancia escatológica del sábado, vinieron en gran medida por la influencia teológica de O. R. L. Crosier y José Bates.(O. R. L. Crosier y F. B. Hahn, Day-Dawn publicado en la última página de Ontario Messenger, 26 de marzo, 1845. idem, "The Law of Moses", Day-Star Extra, 7 de febrero, 1846; José Bates, Bates, The Seventh day Sabbath, a Perpetual Sign, from the Beginning to the Entering into the Gates of the Holy City, According to the Commandment (New Bedford, MA: Benjamin Lindsey, 1847).

Sus visiones proveyeron apoyo y enriquecimiento, pero los conceptos esenciales fueron sacados y explicados con la Biblia.

La doctrina del diezmo, debió esperar hasta que los adventistas estudiaran el concepto bíblico en la década de 1870. El desarrollo de esta doctrina no fue iniciado ni dirigido por los escritos de Elena de White. (Report of the General Conference Held at Battle Creek, Michigan, June 3-6, 1859: Containing an Address on Systematic Benevolence, also Practical Discourses (Battle Creek: MI: Review & Herald Office, 1859); Systematic Benevolence: The Bible Plan of Supporting the Ministry (Battle Creek, MI: Seventh-day Adventist Publishing, 1878)

El más reciente cambio teológico importante para los Adventistas del Séptimo Día, fue la adopción de la doctrina de la Trinidad. Fue un énfasis renovado de los temas soteriológicos y cristológicos, y en particular la relación entre el Evangelio y la ley -durante los años de 1890 y comienzos del siglo XX, que llevaron a una nueva apreciación de la igualdad plena, la personalidad y la unidad de la Deidad. Una vez más, Elena de White no inicio esta comprensión, aunque sus escritos si enriquecieron e impulsaron a la iglesia a una dirección bíblica. Sus declaraciones son claras sobre la deidad eterna y la igualdad de Jesús con el Padre; así como la personalidad y la plena divinidad del Espíritu Santo, ayudaron a unificar a la Iglesia en la doctrina. Ella, escribió en el Deseado de todas las gentes: "En Cristo hay vida original, que no proviene ni deriva de otra". DTG, 489.

También, escribió acerca del Espíritu Santo: "El pecado podría ser resistido y vencido únicamente por la poderosa intervención de la tercera persona de la Divinidad, que iba a venir no con energía modificada, sino en la plenitud del poder divino". DTG, 625.

Sin embargo, pese a su influencia, tomó varias décadas para que esta doctrina se convirtiera en el lineamiento principal para los adventistas. A pesar que los escritos de Elena de White eran influyentes, fue la Escritura que permaneció como autoridad determinante para esta doctrina.

Por lo tanto, Elena de White no es la fuente o la iniciadora del desarrollo doctrinal de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Sus escritos aportaron una influencia unificadora y enriquecedora. Las posiciones de ella, no anularon el estudio bíblico, sino que sirvieron como un catalizador para un estudio más profundo de la Biblia.

Conclusión

Esta breve investigación ha provisto un panorama general de la opinión que los Adventistas del Séptimo Día tienen, en relación con Elena de White y la Sola Scriptura. Ellos, quienes se consideran protestantes y desde sus inicios han adoptado un enfoque restaurador del principio de la Sola Scriptura. Elena de White, apoyó este principio de forma explícita. Ninguno de los pioneros adventistas o la misma White, consideraron su experiencia profética como incompatible con este principio. Al contrario, ellos creían que sus visiones eran el cumplimiento de las predicciones bíblicas y estaban sujetas a la autoridad de la Biblia. Elena de White incluso fue más alla al expresar que el objetivo de sus escritos era llevar a la gente de vuelta a la Biblia, y no hubieran sido necesarios si hubiera habido mayor fidelidad en el estudio y práctica de la Biblia. Por último, un análisis del desarrollo doctrinal de la Iglesia Adventista del Séptimo Día muestra que las visiones y sueños proféticos de Elena de White, apoyaron y enriquecieron su proceso de formación, pero sus escritos nunca fueron ni el origen ni el determinante de alguna doctrina.

Es esencial entender la apasionante experiencia personal de Elena de White en relación a la Biblia. Ella, estudió fervorosamente la Biblia y constantemente memorizó gran parte de su contenido. Ella no le dio un reconocimiento simbólico a las Escrituras. Tanto sus escritos públicos como personales, tenían a la Biblia como el centro de todo, contienen continuas alusiones, referencias y citas bíblicas. Las normas teológicas y del estilo de vida que ella promovió estaban siempre vinculadas a las Escrituras. Es de esperar entonces, que los Adventistas del Séptimo Día continúen centrando su atención en la Biblia y en mantener los principios de la Sola Scriptura.

Apéndice A

Declaraciones adicionales de Elena de White acerca de la relación de sus escritos con la Biblia

El Señor desea que estudiéis vuestras Biblias. Él no ha dado ninguna luz adicional para tomar el lugar de su Palabra. Esta luz se da con el propósito de concentrar en su Palabra las mentes confundidas, y si se asimila y digiere es la sangre y la vida del alma. Entonces se verán buenas obras cuando la luz brilla en las tinieblas. - Carta 130, 1901.

En el trabajo público no hagáis prominente ni citéis lo que la Hna. White ha escrito, como autoridad para sostener vuestra posición. El hacer esto no aumentará la fe en los Testimonios. Presentad vuestras evidencias en forma clara y sencilla, extrayéndolas de la Palabra de Dios. Un 􏰂así dice el Señor􏰅 es el testimonio más poderoso que podéis presentar a la gente. Que nadie sea educado a mirar a la Hna. White, sino a Dios poderoso que da las instrucciones a la Hna. White. - Carta 11, 1894.

Es mi primer deber presentar los principios bíblicos. Entonces, a menos que haya una reforma decidida y concienzuda que se note en aquellos cuyos casos me han sido presentados, debo exhortarlos personalmente. - Carta 69, 1896.

El Espíritu no fue dado - ni puede jamás ser otorgado- para invalidar la Biblia; pues las Escrituras declaran explícitamente que la Palabra de Dios es la regla por la cual toda enseñanza y toda manifestación religiosa deben ser probadas, Isaías declara: "A la ley y al testimonio, Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido". Isaías 8:20. CS, 11.

El hermano J quiere confundir la mente haciendo que parezca que la luz que Dios da a través de los Testimonios es una añadidura a la palabra de Dios, pero así la presenta como una falsa luz. Dios ha visto que esta es una buena manera de atraer la mente de su pueblo a su palabra para que la entiendan mejor. - Carta 63, 1893.

La Biblia debe ser vuestro consejero. Estudiadla y estudiad los testimonios que Dios ha dado, porque ellos nunca contradicen su Palabra. - Carta 106, 1907.

Si los Testimonios no hablan según la Palabra de Dios, rechazadlos. No puede haber unión entre Cristo y Belial.
2JT, 302.

¿Cómo puede el Señor bendecir a aquellos que manifiestan un espíritu que dice: "A mí no me importa", un espíritu que los conduce a andar contrariamente a la luz que el Señor les ha dado? Pero no os pido que toméis mis palabras. Poned a la Hna. White a un lado. No citéis mis palabras de nuevo en toda vuestra vida hasta que obedezcáis la Biblia. Cuando hagáis de la Biblia vuestro alimento, vuestra comida y vuestra bebida, cuando hagáis de sus principios los elementos de vuestro carácter, sabréis mejor cómo recibir el consejo de Dios. Exalto la preciosa Palabra delante de vosotros hoy. No repitáis lo que yo he dicho: "La Hna. White ha dicho así", y "La Hna. White ha dicho esto". Descubrid lo que el Señor de Israel ha dicho, y entonces haced lo que Él ordena. (De un discurso a los dirigentes de la iglesia la noche anterior a la apertura del congreso de la Asociación General de 1901). - Manuscrito 43, 1901

Cómo vivir de acuerdo con la Palabra de Dios - Cómo interpretar la Biblia

(Hacer exégesis de Salmos 119)
(Leer la introducción del libro El Conflicto de los siglos)

“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Santiago 1:22). 

Morris Venden señala que aunque "ellos (los cristianos) saben que la Biblia es importante y que deberían tener prioridad y autoridad en sus vidas, pero en realidad no la aplican ni la aprovechan, dependen de las explicaciones de pastores maestros o conferencistas". (Yo soy la vid. COlombia:APIA, 1987, 52).

El mejor método para estudiar la Biblia no sirve de nada si no estamos decididos a vivir de acuerdo con lo que aprendemos de las Escrituras. Lo que es válido para la educación en general también lo es para el estudio de la Biblia en particular: aprendemos mejor no solo leyendo o escuchando, sino practicando lo que sabemos. Esta obediencia abre un tesoro lleno de bendiciones divinas que de otro modo nos estarían vedadas, y nos guía por un camino emocionante que transforma la vida para aumentar nuestra comprensión y nuestro conocimiento. Si no estamos dispuestos a cumplir con la Palabra de Dios y no estamos dispuestos a practicar lo que hemos estudiado, no creceremos. Y nuestro testimonio se verá afectado porque nuestra vida no armoniza con nuestras palabras. Crecemos en gracia y sabiduría mediante modelos inspiradores que nos ilustran lo que significa vivir según la Palabra de Dios. No hay mejor ejemplo que Jesucristo y ninguna fuerza motivadora más poderosa que él. Él nos dio un modelo para seguir. Vivió en plena armonía con la voluntad de Dios

I. LA PALABRA DE DIOS Y EL ESPÍRITU SANTO

Estudiar la Palabra de Dios cuidadosamente y con el método apropiado es muy importante. Pero también es importante, y quizás incluso más, que pongamos en práctica lo que aprendimos. El objetivo final de estudiar la Biblia no radica en adquirir un mayor conocimiento, por maravilloso que sea. El objetivo no es que dominemos la Palabra de Dios, sino que la Palabra de Dios nos domine a nosotros, que cambie nuestra vida y nuestra forma de pensar. Eso es lo que importa. Estar dispuestos a vivir la verdad que hemos aprendido significa estar dispuestos a someternos a esa verdad bíblica. Esta decisión a veces implica una lucha intensa, porque estamos librando una batalla sobre quién tendrá la supremacía en nuestro pensamiento y en nuestra vida. Y, al final, solo hay dos bandos para elegir. Lee Filipenses 2:12 al 16. ¿Qué dicen estos versículos acerca de cómo debemos vivir? Sí, Dios obra en nosotros, pero lo hace a través del Espíritu Santo, el único que nos da sabiduría para entender la Santa Biblia. Además, como seres humanos pecaminosos, a menudo nos oponemos a la verdad de Dios y, librados a nuestras propias maquinaciones, no obedeceríamos la Palabra de Dios (Romanos 1:25; Efesios 4:17, 18). Sin el Espíritu Santo, no hay aprecio por el mensaje de Dios. No hay esperanza, no hay confianza, no hay amor en respuesta. Mediante el Espíritu Santo, Dios en verdad “es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13). El Espíritu Santo es un maestro que desea guiarnos a una comprensión más profunda de las Escrituras y a una apreciación gozosa de la Palabra de Dios. Trae la verdad de la Palabra de Dios a nuestra atención y nos da nuevas ideas sobre esas verdades, para que nuestra vida se caracterice por la fidelidad y una obediencia amante a la voluntad de Dios. “Nadie puede explicar la Biblia sin la ayuda del Espíritu Santo. Pero, cuando reciban la Palabra de Dios con corazón humilde y dócil, los ángeles de Dios estarán a su lado para impresionarlos con las evidencias de la verdad” (1MS, 493). De esta manera, las cosas espirituales se interpretan espiritualmente (1 Corintios 2:13, 14) y podemos seguir con alegría la Palabra de Dios “mañana tras mañana” (Isaías 50:4, 5). Filipenses 2:16 dice que debemos “asirnos de la palabra de vida”. ¿Qué crees que significa eso? Y ¿cómo lo logramos? Ver además Deuteronomio 4:4, que enseña algo similar. ¿Cuál es nuestro papel en todo este proceso?

II. APRENDAMOS DE JESÚS

No hay mejor ejemplo para seguir, ni más inspirador, que Jesucristo. Él conocía las Escrituras, y estuvo dispuesto a seguir la Palabra escrita de Dios y cumplirla. Lee Lucas 4:4, 8 y 10 al 12. ¿Cómo utiliza Jesús las Escrituras para contrarrestar las tentaciones de Satanás? ¿Qué nos dice esto sobre cuán medular debe ser la Biblia para nuestra fe, especialmente en momentos de tentación? Jesús conocía bien las Escrituras. Estaba tan íntimamente familiarizado con la Palabra de Dios que podía citarla de memoria. Esta familiaridad con la Palabra escrita de Dios debió haber sido el resultado de un valioso tiempo de calidad con Dios al estudiar las Escrituras. Si no hubiera sabido las palabras exactas de las Escrituras y el contexto en el que aparecen, podría haber sido engañado fácilmente por el diablo. El mismo diablo citó las Escrituras y las utilizó para sus propósitos engañosos. Por lo tanto, el solo hecho de citar las Escrituras, como lo hizo el diablo, no es suficiente. También es necesario saber qué más tiene que decir la Escritura sobre un tema y saber su significado correcto. Solo esa familiaridad con la Palabra de Dios nos ayudará, como Jesús, a no ser engañados por el adversario de Dios, sino a resistir los ataques de Satanás. Vez tras vez leemos que Jesús abría la mente de sus seguidores para entender la Escritura al remitirlos a lo que “está escrito” (Lucas 24:45, 46; Mateo 11:10; Juan 6:45; y otros). Daba por sentado que quienes leen las Escrituras pueden llegar a comprender correctamente su significado: “¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?” (Lucas 10:26). Para Jesús, lo que está escrito en la Biblia es la norma por la que debemos vivir. En Juan 7:38, Jesús, el Verbo de Dios hecho carne, les señaló a sus seguidores lo que dice la Escritura. Solo mediante la Biblia sabemos que Jesús es el Mesías prometido. Son las Escrituras las que dan testimonio de él (Juan 5:39). Jesús mismo estuvo dispuesto a cumplir con las Escrituras, la Palabra de Dios puesta por escrito. Si él estuvo dispuesto a hacerlo, ¿qué nos dice esto sobre lo que deberíamos hacer nosotros también? ¿Cuál ha sido tu experiencia al utilizar las Escrituras en tu lucha contra la tentación? Es decir, cuando te viste tentado, ¿comenzaste a leer la Biblia o a citar las Escrituras? ¿Qué sucedió como resultado y qué aprendiste de esa experiencia?

III. ¿JESÚS VS LAS ESCRITURAS?

Lee Juan 5:45 al 47. ¿Qué poderoso mensaje nos da Jesús acerca de su relación con la Biblia? Algunos afirman que cuando Jesús hablaba sus palabras reflejaban un marcado contraste con las palabras de las Escrituras, según se encuentran en el Antiguo Testamento. Dicen que las palabras de Jesús estaban incluso por encima de las palabras de la Biblia. En el Nuevo Testamento, leemos que Jesús dijo: “Oísteis que fue dicho [...]. Pero yo os digo [...]” (Mateo 5:43, 44; comparar con Mateo 5:21, 22, 27, 28, 33, 34, 38, 39). Cuando Jesús pronunció estas famosas palabras en el Sermón del Monte, no trató de desechar ni de abolir el Antiguo Testamento, como afirman algunos intérpretes. Él respondió a varias interpretaciones de las Escrituras y a las tradiciones orales que algunos intérpretes de su época utilizaban para justificar su comportamiento hacia los demás que Dios no toleraba y que nunca ordenó, como aborrecer al enemigo (ver Mateo 5:43). Jesús de ningún modo abolió el Antiguo Testamento ni disminuyó su autoridad en ninguna medida. Al contrario. El Antiguo Testamento, por cierto, prueba quién es él. Es más, Jesús profundizó el significado de las declaraciones del Antiguo Testamento al señalarnos las intenciones originales de Dios. Utilizar la autoridad de Jesús para descalificar la Santa Biblia o para denigrar algunas de sus partes como no inspiradas quizá sea una de las críticas más sutiles a las Escrituras, y sin embargo es la más peligrosa, porque se hace en el nombre mismo de Jesús. Tenemos el ejemplo de Jesús de cuánta autoridad le dio a las Escrituras, que, en su época, consistía solo en el Antiguo Testamento. ¿Qué más evidencia necesitamos sobre cómo deberíamos considerar el Antiguo Testamento también? Lejos de debilitar la autoridad de la Escritura, Jesús siempre la defendió como una guía confiable. De hecho, declara inequívocamente, en el mismo Sermón del Monte: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mateo 5:17). Y sigue diciendo que “cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos” (Mateo 5:19). ¿Cuáles son algunas de las doctrinas clave que, hasta el día de hoy, se fundamentan en el Antiguo Testamento? Piensa, por ejemplo, en la Creación (Génesis 1; 2) y la caída (Génesis 3). ¿Qué otras verdades cristianas primordiales encontramos en el Antiguo Testamento que luego se amplifican en el Nuevo Testamento?

IV. TIEMPO A SOLAS CON LA PALABRA DE DIOS

Nuestra vida tiende a ser agitada, y llena de tensión y estrés. A veces tenemos que trabajar mucho, solo para sobrevivir y poner comida en la mesa. Otras veces, incluso cuando tenemos cubiertas las necesidades básicas de la vida, nos atosigamos porque queremos cada vez más. Queremos las cosas que creemos que nos harán sentir felices y realizados. Pero, como nos advierte Salomón en el libro de Eclesiastés, eso no siempre es así. Cualquiera que sea la razón, quizás estemos tremendamente ocupados en nuestra vida, por lo que es muy fácil desplazar a Dios en medio del ajetreo. No es que no creamos en él, sino que simplemente no pasamos tiempo de calidad leyendo, orando y acercándonos al Señor “en cuya mano está tu vida” (Daniel 5:23). Podemos estar demasiado distraídos con otras cosas como para pasar tiempo de calidad con Dios. Todos necesitamos momentos en los que deliberadamente reduzcamos la velocidad para encontrarnos con el que es nuestro Salvador, Jesús. ¿Cómo puede hablarnos el Espíritu Santo si no hacemos una pausa para escuchar? En el momento especial a solas con Dios, en la lectura de su Palabra y en la comunicación de la oración está la fuente de nuestra vida espiritual. Lee Salmos 37:7; 46:10; y 62:1, 2 y 5. ¿Qué nos enseñan estos versículos sobre pasar tiempo a solas con Dios? ¿Por qué es tan importante este tiempo a solas con Dios? Si amas a alguien, disfrutas pasar tiempo a solas con ese ser amado. Elige un lugar en el que puedas leer y reflexionar sobre la Palabra de Dios sin interrupciones. En nuestra vida agitada, esto puede tener éxito solo si deliberadamente reservas un tiempo específico para este encuentro. A menudo, el comienzo del día es ideal para estos minutos de tranquilidad y reflexión. Esos momentos antes de que comience el día de trabajo pueden convertirse en una bendición para el resto del día, porque los valiosos pensamientos que obtienes te acompañarán durante muchas horas. Pero, sé creativo para hallar el tiempo de calidad adecuado que necesitas para encontrarte con Dios sin interrupciones. Estar conectado con el Dios viviente de la Biblia mediante la oración afecta tu vida como ninguna otra cosa. Con el tiempo, esto contribuirá a que seas más semejante a Jesús. ¿Cuán deliberado eres al hacerte un tiempo para pasar a solas con el Señor? ¿Cómo son esos tiempos y cómo te ayudan a conocer aún mejor la realidad y el amor de Dios?

V. LA MEMORIA Y EL CANTO

“En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmos 119:11). Memorizar las Escrituras trae bendiciones multiplicadas. Cuando conservamos pasajes preciosos de la Palabra de Dios en nuestra mente, podemos dar nueva vida a lo que aprendimos de memoria y aplicarlo en circunstancias nuevas y cambiantes. De esa manera, la Biblia impacta directamente en nuestro pensamiento y nuestras decisiones, e influye en nuestros valores y comportamiento. Memorizar las Escrituras da vida a la Biblia en nuestra experiencia diaria. Además, nos ayuda a adorar a Dios y a vivir una vida fiel, de acuerdo con las Escrituras. Recordar las Escrituras palabra por palabra es una tremenda protección contra los engaños y las falsas interpretaciones. Aprender las Escrituras de memoria nos permite citarlas, incluso cuando no tenemos una Biblia a mano. Esto puede convertirse en un tremendo poder para el bien en situaciones en que surgen tentaciones o cuando nos enfrentamos a desafíos adversos. Recordar las promesas de Dios, y fijar nuestra mente en la Palabra de Dios antes que en nuestros problemas, eleva nuestros pensamientos a Dios, quien tiene mil maneras de ayudarnos cuando nosotros no vemos ninguna. Lee Efesios 5:19 y Colosenses 3:16. Cantar la Palabra de Dios, ¿cómo puede establecerla y fortalecerla en nuestra mente? Entonar las palabras de la Biblia también puede ser una forma poderosa de memorizar pasajes de las Escrituras. Al cantar, recordamos más fácilmente las palabras de la Biblia. Combinar las palabras de las Escrituras con bellas melodías las arraigará en nuestros pensamientos con mayor firmeza y será una forma efectiva de disipar los estados de ánimo ansiosos. Niños y adultos por igual fácilmente pueden entonar y memorizar pasajes de las Escrituras relacionados con melodías sencillas pero armoniosas. Las Escrituras fueron la inspiración para numerosos oratorios, sinfonías y otras obras musicales de fama mundial que han dado forma a la cultura cristiana y la han influenciado a lo largo de los siglos. Las composiciones que elevan nuestra mente y dirigen nuestros pensamientos a Dios y su Palabra son una bendición maravillosa y una influencia positiva en nuestra vida. “La música forma parte del culto tributado a Dios en los atrios celestiales, y en nuestros cánticos de alabanza deberíamos procurar aproximarnos tanto como sea posible a la armonía de los coros celestiales” (PP, 645).

CONCLUSIÓN

Lee Elena de White, El camino a Cristo, “El privilegio de orar”, pp. 79-89. “El ojo natural no puede nunca contemplar la gracia y la belleza de Cristo. La iluminación interior, obra del Espíritu Santo, que revela al alma su real impotencia, su condición desesperada, desprovista de la misericordia y el perdón del que cargó con el pecado –de la total suficiencia de Cristo–, es lo único que puede capacitar al hombre para discernir la infinita misericordia, el inconmensurable amor, la benevolencia y la gloria de Jesús” (ATO 153). “Habría que aprender de memoria algunas porciones de la Biblia, incluso capítulos enteros, para repetirlos cuando Satanás aparece con sus tentaciones [...]. Cuando Satanás trata de conducir la mente para que piense en cosas terrenas y sensuales, la forma más eficaz de resistirlo es decir: ‘Escrito está’ ” (2MCP, 661). 
PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 
1. ¿Qué papel juega la realidad del libre albedrío en todas nuestras decisiones en lo relacionado con la fe y la obediencia? Aunque muchos aspectos de la vida escapan a nuestro control, tenemos libertad de elección con respecto a las cosas cruciales, las que pertenecen a la vida eterna. ¿Qué estás haciendo con el libre albedrío que Dios te ha dado? ¿Qué tipo de decisiones espirituales estás tomando? 
2. Piensa en el papel que el sábado puede y debe desempeñar en términos de darnos un tiempo a solas con Dios. ¿De qué manera guardar el sábado te protege de estar tan atrapado trabajando y haciendo cosas que no pasas suficiente tiempo con Dios? ¿Cómo puedes aprender a hacer del sábado la bendición espiritual para la que fue creado? 
3. ¿Cuál es tu experiencia de pasar tiempo a solas con Dios en oración y estudio? ¿Cómo impacta tu fe en esta práctica espiritual? ¿Cómo debería impactar tu fe? En clase, si se sienten cómodos, hablen de los momentos personales de lectura y oración y lo que obtienen de ellos. ¿Cómo podrían beneficiarse los demás de lo que aprendiste? 
4. ¿Cuáles son algunos de tus versículos de memoria preferidos? ¿Qué es lo que te gusta de ellos? ¿Por qué ha sido una bendición memorizarlos?

Textos clave: Santiago 1:22; Lucas 4:4, 8, 10–12; Juan 5:46, 47; 1 Corintios 2:12–14; Filipenses 2:13; Salmos 37:7; 46:10; 62:1, 2, 5; 119:11.

RESEÑA Este trimestre hemos estudiado varios principios de interpretación bíblica. Pero, los mejores principios hermenéuticos no servirán de nada si no conducen a una práctica gozosa del mensaje bíblico. La exposición de la Escritura no es solo un ejercicio intelectual. El objetivo de cualquier estudio de la Biblia es más que adquirir conocimiento mental. Si se hace correctamente, conducirá a la obediencia del corazón. Es una obediencia que es más profunda y más significativa que la simple conformidad externa. Conducirá a una alegre fidelidad a la voluntad de Dios. Las verdades de las Escrituras son para ser vividas, no solo para ser creídas. Esa respuesta al mensaje bíblico es posible solo gracias a la obra transformadora del Espíritu Santo, que trae las palabras de las Escrituras a una nueva vida. Él enciende en nosotros el deseo de abrazar las verdades de las Escrituras y seguirlas con corazón y mente. El mejor ejemplo de esta respuesta a las Escrituras se encuentra en Jesucristo, quien nos ha mostrado cómo relacionarnos con la Palabra de Dios e implementarla en nuestra vida. Jesús nunca anuló las Escrituras. Es más, constantemente señaló a las Escrituras como la norma autoritativa incluso para sus palabras. Jesús también nos dio el ejemplo para que dediquemos momentos a estar tranquilos y a solas con la Palabra de Dios. Esta disciplina es algo que tenemos que recuperar intencionalmente en nuestro mundo agitado. También podemos cumplir la Escritura cuando la memorizamos. A menudo, al entonar las palabras de la Escritura, estas se graban firmemente en nuestra mente y corazón, y nos animan.

COMENTARIO La Palabra viva de Dios y el Espíritu Santo La Biblia deja en claro que el hombre, en su estado pecaminoso y caído, es espiritualmente ciego y no acepta las cosas de Dios, porque son locura para él. Ni siquiera puede entenderlas, porque necesitan discernirse espiritualmente (1 Corintios 2:14). Incluso si llegásemos a entender claramente el significado de las palabras de las Escrituras, no tendríamos ningún deseo de seguirlas sin la obra transformadora del Espíritu Santo en nuestro corazón. El Espíritu Santo inspiró a los autores bíblicos para que escribieran la verdad que Dios les reveló (ver 2 Pedro 1:19–21; 2 Timoteo 3:16). Pero, no alcanza con tener la inspirada Palabra de Dios. También debemos interiorizar, aplicar e implementar la Palabra de Dios en nuestra vida. Sin el Espíritu Santo, no apreciaremos el mensaje divino ni desearemos obedecerlo. Sin el Espíritu Santo, no evidenciaremos fe, esperanza ni amor en respuesta a la Palabra de Dios. El Espíritu Santo nos permite ver el significado espiritual y existencial de la Escritura para nuestra vida (ver 1 Corintios 2:12, 14, 15; Efesios 1:17–19; Salmos 119:8). El Espíritu Santo continúa hablando a las personas a través de la Biblia hoy, haciendo que la Palabra escrita de Dios cobre vida. Por lo tanto, la letra muerta del libro bíblico se convierte en la Palabra viva de Dios, que es más filosa que una espada de dos filos (Hebreos 4:12), ya que atraviesa nuestro ser más íntimo y transforma nuestra vida a la luz de las Escrituras. Varios pasajes bíblicos señalan que la tarea del Espíritu Santo es hacer de Jesucristo el centro de atención, exaltar al Hijo de Dios y lo que ha hecho por nosotros (ver Juan 15:26; 1 Juan 4:2, 3). ¿Alguna vez recibiste ayuda del Espíritu Santo para guiarte alegremente a obedecer las palabras de las Escrituras en tu vida? Aprender de Jesús Al aceptar que la Biblia es confiable y verdadera, el Espíritu nos guía a aceptar la Palabra viva de Dios, Jesucristo, como nuestro Salvador y Señor personal, y como nuestro más elevado ejemplo para emular. Podemos aprender mucho de la forma en que Jesús usó las Escrituras. Él estaba íntimamente familiarizado con todo lo que las Escrituras tenían que decir y pudo citar las palabras exactas de las Escrituras cuando fue tentado por el diablo (Mateo 4:4, 7, 10). Su familiaridad con la Escritura lo protegió de ser engañado por el uso selectivo de los pasajes de la Biblia. Conocía toda la Escritura, y para él la Escritura no podía ser quebrantada (Juan 10:35). Toda la Escritura era santa para él. Por lo tanto, Jesús se refirió repetidas veces a la Escritura y a lo que está escrito (ver Lucas. 24:45, 46; Mateo 11:10; Juan 6:45; 7:38). ¿De qué manera el ejemplo de Jesús te inspira a conocer mejor el texto bíblico? ¿Cómo puedes familiarizarte más con la Biblia? ¿En qué aspectos necesitas hacer de la Biblia la norma para tu vida y seguirla fielmente? ¿Jesús versus las Escrituras? Una de las cosas que a menudo escuchamos hoy es una supuesta dicotomía entre “el evangelio y la doctrina”. Puede sonar extraño sugerir una contradicción e incluso un antagonismo entre Jesús y la Biblia. Pero, en la historia de la iglesia ha habido repetidos intentos de enfrentar a Cristo con las Escrituras y elevar a Cristo como la norma de interpretación sobre lo que dice la Biblia. En última instancia, algunos incluso usan a Cristo para juzgar las Escrituras y hacer que algunos pasajes sean nulos y carezcan de valor. Quizás el ejemplo más famoso se encuentre en el conocido principio de Martín Lutero por el cual juzgó la Escritura: “Todos los libros sagrados auténticos concuerdan en esto: que todos ellos predican e inculcan [treiben] a Cristo. Y esa es la verdadera prueba por la cual juzgar todos los libros, cuando vemos que inculcan a Cristo” (M. Lutero, Luther’s Works, p. 396).

Por consiguiente, la Escritura debe interpretarse a favor de Cristo, no en contra de él. Según Lutero, Cristo y las Escrituras pueden enfrentarse entre sí, porque Lutero consideraba que la personificación de la Palabra (Cristo) estaba por encima de la palabra hablada (el evangelio) y la Palabra escrita (la Escritura). Este criterio implicaba que, si bien la Escritura es la reina, ¡Cristo es Rey, incluso por encima de la Escritura! Si un pasaje de la Escritura parece estar en conflicto con la visión que Lutero tenía de Cristo, su interpretación cristocéntrica se convierte en una crítica de la Escritura centrada en los evangelios, donde se critica el contenido de la Escritura en el nombre de Cristo. En consecuencia, el método cristológico de Lutero se convirtió en una herramienta de crítica teológica de las Escrituras. Esta distinción y clasificación lleva a un canon dentro del canon, donde Cristo se convierte en la clave y la norma interpretativa para interpretar la Biblia, pero también relega algunas partes de la Biblia y hasta libros enteros a la periferia, como la epístola de Santiago, como si estuviesen vacíos y crecieran de valor, porque se cree que no apuntan a Cristo. La siguiente cita de Lutero ilustra este aspecto problemático y es particularmente reveladora porque trata del sábado: “Brevemente, Cristo es el Señor, no el siervo, el Señor del sábado, de la Ley y de todas las cosas. Las Escrituras deben entenderse a favor de Cristo, no en contra de él. Por esa razón, deben aludir a él o de lo contrario no deben considerarse verdaderas Escrituras [...]. Por lo tanto, si los adversarios contraponen las Escrituras a Cristo, nosotros anteponemos a Cristo contra las Escrituras. Nosotros tenemos al Señor, ellos a los siervos; nosotros tenemos la Cabeza, ellos los pies o miembros, sobre los cuales la Cabeza necesariamente domina y tiene prioridad. Si alguno de ellos tuviera que decidir entre deshacerse de Cristo o de la Ley, tendría que ser la Ley, no Cristo. Porque si tenemos a Cristo, fácilmente podemos establecer leyes y juzgaremos todas las cosas correctamente. De hecho, haríamos nuevos decálogos, como lo hace Pablo en todas las epístolas, y Pedro, pero sobre todo Cristo en el evangelio. Y estos decálogos son más claros que el decálogo de Moisés, así como el semblante de Cristo es más brillante que el semblante de Moisés (2 Corintios 3:7–11)” (M. Lutero, Luther’s Works, pp. 112, 113). Contrasta esta cita con Juan 7:38, donde Jesús se remite a las Escrituras en lugar de a sí mismo como la norma para las auténticas creencias. Los momentos de tranquilidad con la Palabra de Dios y la memorización de las Escrituras Jesús estaba todo el día ocupado sanando gente y predicando las buenas noticias. Pero, sacaba fuerzas espirituales al dedicar tiempo de calidad a solas en oración (Marcos 1:35) y recordar las promesas de las Escrituras. En nuestra vida agitada y ocupada, deliberadamente tenemos que planificar momentos tranquilos con Dios donde no haya interrupciones, donde tengamos tiempo para reflexionar en la Palabra de Dios y podamos orar. Esos momentos de tranquilidad nos darán fuerza y vitalidad espiritual que ninguna otra cosa puede darnos. Cuando leas las Escrituras por placer, lee menos, pero lee más de lo que es importante para tu vida espiritual. Cuando tus pensamientos comiencen a divagar y te dejes llevar por temas sin importancia, centra tu atención en lo que Dios ha hecho por ti y practica la concentración espiritual en la Palabra de Dios. A veces, entonar un canto o un himno espiritual ayuda a centrar nuestros pensamientos e incluso hacen que sea más fácil recordar y memorizar las palabras de las Escrituras. ¿Qué momentos del día son los más tranquilos para ti? ¿Qué te ayuda a enfocarte en la Palabra de Dios y a pasar un momento de calidad con Jesús? ¿En qué circunstancias el canto te ayuda a recordar la Biblia? ¿Qué ventajas encuentras en memorizar partes de las Escrituras, y cómo puedes usar eso como una bendición para los demás? 

APLICACIÓN A LA VIDA 
A veces la gente dice: “Guardar la ley bíblica de no comer alimentos inmundos no es esencial para la salvación, siempre y cuando creas en Cristo”. O quizá diga: “Si viven juntos, aunque no estén casados, eso no es decisivo para ti como cristiano, siempre y cuando ames a Jesús”. ¿Dónde ves el peligro en esa línea de argumentación? ¿Por qué no es seguro ir en contra de los claros enunciados de las Escrituras, incluso cuando se hace en el nombre de Jesús? Elena de White expresó acertadamente: “El Espíritu no fue dado –ni jamás puede ser otorgado– para suplantar a la Biblia; pues las Escrituras declaran explícitamente que la Palabra de Dios es la regla por medio de la cual toda enseñanza y experiencia debe ser probada” (CS, 7). A la luz de lo que hemos estudiado durante este trimestre, ¿por qué crees que este principio es tan importante? ¿Qué quieres asimilar de la forma en que Jesús se familiarizaba con las Escrituras y del modo en que seguía la Palabra de Dios? ¿Cómo puede la Escritura convertirse en una parte integral de tu vida e influir en las decisiones que tienes que tomar?

Cómo abordar pasajes difíciles - Cómo interpretar la Biblia

“Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (2 Pedro 3:15, 16). Al analizar las cartas del apóstol Pablo, Pedro escribe que, en ellas y en algunos otros lugares de las Escrituras, hay algunas cosas “difíciles de entender”. “Los indoctos e inconstantes” (2 Pedro 3:16) tuercen o distorsionan estas palabras para su propia destrucción. Pedro no dice que todas las cosas sean difíciles de entender, sino solo algunas. Esta semana le daremos una mirada, no tanto a los textos difíciles propiamente dichos, sino a las posibles razones de estos desafíos y de qué manera podemos resolverlos. En definitiva, algunas de estas declaraciones desafiantes quizá nunca se resuelvan de este lado del cielo. Al mismo tiempo, la gran mayoría de los pasajes bíblicos no presentan ninguna dificultad, y no debemos permitir que el escaso número de pasajes difíciles debilite nuestra confianza en la confiabilidad y la autoridad de la Palabra de Dios en su conjunto.

I. RAZONES POSIBLES PARA CONTRADICCIONES APARENTES

Lee 2 Timoteo 2:10 al 15. Pablo le advierte a Timoteo que sea diligente y que “us[e] bien la palabra de verdad”. ¿Qué mensaje importante nos está dando a todos nosotros aquí? Nadie que estudie la Biblia con reflexión y honestidad negará el hecho de que hay cosas en la Biblia que son difíciles de entender. Esta realidad no debería perturbarnos. De hecho, en cierto sentido, esas dificultades son de esperar. A fin de cuentas, somos seres imperfectos y finitos, y nadie tiene un conocimiento exhaustivo de cada esfera de aprendizaje, y mucho menos de las cosas divinas. Por lo tanto, cuando los seres humanos ignorantes y finitos intentan comprender la sabiduría del Dios infinito de las Escrituras, es probable que haya alguna dificultad. Sin embargo, esa dificultad para entender las enseñanzas bíblicas de ninguna manera prueba que lo que la Biblia afirma es falso. Quienes rechazan la enseñanza bíblica de la revelación y la inspiración divinas a menudo afirman que esas dificultades son contradicciones y errores. Como para ellos la Biblia es casi como cualquier libro humano, creen que la Biblia debe contener imperfecciones y errores. Con esa actitud, a menudo no hay un intento serio de buscar una explicación que tenga en cuenta la unidad y la confiabilidad de las Escrituras como consecuencia de su inspiración divina. Quienes comienzan a cuestionar las primeras páginas de las Escrituras, el relato de la Creación (por ejemplo), pronto también pueden verse tentados a poner bajo un manto de duda e incertidumbre gran parte del resto de las Escrituras. Algunas discrepancias en las Escrituras podrían deberse a errores menores de copistas o traductores. Elena de White declaró: “Algunos nos miran serios y dicen: ‘¿No creen que pudo haber habido algún error de copista o traductor?’ Todo es probable, y los que son tan estrechos para vacilar y tropezar en esa posibilidad o probabilidad también estarán listos para tropezar en los misterios de la Palabra inspirada, porque su mente débil no puede discernir los propósitos de Dios. Sí, tropezarían con la misma facilidad en los claros hechos que acepta la mente común que discierne lo divino, y para la cual las declaraciones de Dios son claras y bellas, llenas de meollo y grosura. Todos los errores no ocasionarán dificultad a un alma ni harán que ningún pie tropiece, a menos que se trate de alguien que elaboraría dificultades de la más sencilla verdad revelada” (1MS, 18, 19). 
¿Por qué es tan importante que abordemos la Biblia con un espíritu de humildad y sumisión?

II. AFRONTAR LAS DIFICULTADES CON HONESTIDAD Y CUIDADO

¿Alguna vez te encontraste con un versículo o un pasaje que no entendías, o que te resultaba difícil armonizar con otros textos o con la realidad en general? Es difícil imaginar que en algún momento no hayas enfrentado este problema. La pregunta es: ¿cómo respondiste? O, mejor aún, ¿cómo deberías responder? 
Lee 1 Crónicas 29:17, Proverbios 2:7 y 1 Timoteo 4:16. ¿Qué dicen estos versículos que puede aplicarse a la cuestión de cómo abordar los pasajes difíciles? Solo con honestidad podemos enfrentar las dificultades en forma adecuada. La honestidad nos protege para no evadir ninguna dificultad ni intentar ocultarla. La honestidad también nos impedirá dar respuestas superficiales que no soporten realmente la prueba del escrutinio. Dios se complace con la honestidad y la integridad. Por lo tanto, debemos emular su carácter en todo lo que hacemos, incluso en nuestro estudio de la Biblia. Los honestos afrontarán las dificultades de la Biblia de tal manera que tendrán cuidado de no presentar información fuera de contexto, distorsionar la verdad con lenguaje cargado o engañar a otros mediante la manipulación de pruebas. Es mucho mejor aguardar una respuesta sostenible para una dificultad que intentar brindar una solución evasiva o insatisfactoria. Un efecto secundario positivo de ser honesto en nuestro estudio bíblico es que genera confianza, y la confianza es la base de todas las relaciones personales sanas; convence a la gente mucho más que las respuestas endebles. Es mejor decir que simplemente no sabes cómo responder la pregunta o cómo explicar el texto con precisión que procurar que este diga lo que tú quieres que diga cuando, quizá, realmente no sea así. Las personas cuidadosas fervientemente desean conocer la verdad de la Palabra de Dios y, por lo tanto, se cercioran constantemente de no apresurarse a llegar a conclusiones basadas en un conocimiento limitado o en una evidencia endeble. Los cuidadosos deciden no pasar por alto ningún aspecto ni detalle que pueda ser importante. No se apresuran en su pensamiento; son minuciosas y diligentes en el estudio de la Palabra de Dios y en toda la información relacionada. ¿Qué haces tú, o qué deberías hacer, con textos que no entiendes plenamente o que parece que no encajan con tu interpretación de la verdad?

III. AFRONTAR LAS DIFICULTADES CON HUMILDAD

Lee Santiago 4:6 al 10, 2 Crónicas 7:14 y Sofonías 3:12. ¿Por qué es importante la humildad cuando tratamos de abordar pasajes bíblicos difíciles? Muchos han llegado al increíble y aleccionador descubrimiento de que dependen de algo y de alguien fuera de sí mismos. Se dan cuenta de que no son la medida de todas las cosas. Estas personas valoran la verdad por sobre la necesidad de su ego de tener la razón, y son conscientes de que la verdad no es creación suya, sino que esta los confronta. Quizá la verdad más grande que estos conciban sea lo poco que realmente saben acerca de la verdad. Ellos saben, según escribió Pablo, que “vemos por espejo, oscuramente” (1 Corintios 13:12). Los beneficios de esta humildad de pensamiento son diversos: el hábito de la indagación humilde es la base de todo aumento de conocimiento, ya que genera una libertad que naturalmente produce un espíritu dócil. Esto no significa que los humildes muchas veces estén necesariamente equivocados, o que siempre cambiarán de opinión y nunca tendrán una convicción firme. Solo significa que son sumisos a la verdad bíblica. Son conscientes de las limitaciones de su conocimiento y, por lo tanto, son capaces de expandir su conocimiento y su comprensión de la Palabra de Dios de una manera que el intelectual arrogante y el orgulloso no pueden. “Todos los que acudan a la Palabra de Dios en busca de orientación, con mente humilde e inquieta, decididos a conocer los términos de la salvación, comprenderán lo que dice la Escritura. Pero, los que aportan a la investigación de la Palabra un espíritu que esta no aprueba, extraerán del estudio un espíritu que Dios no ha impartido. El Señor no le hablará a una mente desinteresada. No desperdicia su instrucción en alguien que es irreverente o que se corrompe por voluntad propia. Pero el tentador educa a todas las mentes que se someten a sus sugerencias y están dispuestas a hacer que la Ley santa de Dios no tenga ningún efecto. “Necesitamos humillarnos de corazón, y con sinceridad y reverencia investigar la Palabra de vida; solo la mente que es humilde y contrita puede ver la luz” (The Advent Review and Sabbath Herald, 22 de agosto de 1907). ¿Cómo lograr el equilibrio justo entre la humildad y la certeza? Por ejemplo, ¿cómo responderías a la siguiente acusación: ¿Cómo pueden estar tan seguros los adventistas del séptimo día de que tienen razón con respecto al sábado y que casi todos los demás están equivocados?

IV. DETERMINACIÓN Y PRÁCTICA

Lee Gálatas 6:9. Si bien Pablo aquí habla sobre nuestra persistencia en hacer el bien a los demás, necesitamos tener la misma actitud al ocuparnos de cuestiones difíciles. ¿Por qué la determinación y la paciencia son importantes para resolver problemas? Conseguir algo siempre requiere tenacidad. Lo que logramos con demasiada facilidad a menudo lo consideramos con demasiada ligereza. Las dificultades en la Biblia nos dan la oportunidad de poner a trabajar nuestro cerebro, y la determinación y la persistencia con la que buscamos una solución revelan cuán importante es el tema para nosotros. Siempre que dediquemos tiempo a estudiar la Biblia para tratar de descubrir más sobre su significado y su mensaje es un tiempo bien invertido. Tal vez la experiencia de buscar diligentemente una respuesta en las Escrituras, incluso durante mucho tiempo, será de mayor bendición que la solución al problema si finalmente lo hallamos. Al fin y al cabo, cuando encontramos la solución a un problema acuciante, esto es muy valioso para nosotros. El hecho de que no puedas resolver una dificultad rápidamente no prueba que no se pueda resolver. Es notable la frecuencia con la que pasamos por alto este hecho evidente. Hay muchos que, al toparse con una dificultad en la Biblia, al pensar un poco al respecto y no poder ver ninguna solución posible, inmediatamente llegan a la conclusión de que el problema no puede resolverse. Algunos comienzan a cuestionar la credibilidad de toda la Biblia. Pero, no debemos olvidar que puede haber una solución muy fácil, por más que en nuestra limitada sabiduría humana (o ignorancia) no la veamos. ¿Qué pensaríamos de un principiante en álgebra que, después de haber intentado en vano durante media hora resolver un problema difícil, declara que no hay una solución posible al problema porque no pudo encontrarla? Lo mismo ocurre con nuestro estudio de la Biblia. Cuando algunas dificultades desafíen incluso tus mayores esfuerzos para resolverlas, déjalas a un lado por un tiempo y, mientras tanto, practica lo que Dios te ha mostrado claramente. Algunas ideas espirituales se obtienen solo después de haber estado dispuestos a seguir lo que Dios ya nos ha dicho que hagamos. Por lo tanto, sé persistente y paciente en tu estudio de la Biblia. A fin de cuentas, la paciencia es una virtud de los creyentes del tiempo del fin (ver Apocalipsis 14:12). ¿Qué podemos aprender de otros que han estudiado pasajes bíblicos desafiantes con diligencia y paciencia? ¿Cómo podemos alentar a otros a no rendirse en su búsqueda de la verdad?

V. AFRONTAR LAS DIFICULTADES DE MANERA ESPIRITUAL Y CON ORACIÓN

Lee Hechos 17:11; 8:35; y 15:15 y 16. ¿Qué hicieron los apóstoles y los miembros de la iglesia primitiva cuando se enfrentaron con cuestiones difíciles? ¿Por qué la Biblia sigue siendo la mejor fuente para su propia interpretación? La mejor solución para las dificultades bíblicas todavía se encuentra en la Biblia misma. Los problemas bíblicos se abordan mejor cuando se estudian a la luz de toda la Escritura en vez de tratar solo un texto aislado de los demás o de toda la Escritura. De hecho, debemos utilizar la Biblia como herramienta para entenderla. Aprender a extraer las grandes verdades que se encuentran en las Escrituras es una de las cosas más importantes que podemos hacer. Si no comprendes un pasaje de la Biblia, trata de encontrar algo de luz de otros pasajes bíblicos que aborden el mismo tema. Siempre trata de encontrar declaraciones rotundas de las Escrituras para arrojar luz sobre esos pasajes que son menos claros. También es muy importante no oscurecer ni empañar declaraciones bíblicas contundentes sumándoles pasajes difíciles de entender. En vez de que las fuentes extrabíblicas, o la filosofía o la ciencia expliquen el significado de la Biblia, debemos permitir que el mismo texto bíblico nos revele su significado. Se ha dicho que, de rodillas, literalmente miramos las dificultades desde una nueva perspectiva. Porque al orar, expresamos que necesitamos ayuda divina para interpretar y comprender las Escrituras. Al orar, buscamos la iluminación de nuestra mente a través del mismo Espíritu Santo que inspiró a los escritores bíblicos para que escribieran lo que escribieron. Al orar, nuestros motivos se dan a conocer, y podemos decirle a Dios por qué queremos entender lo que leemos. Al orar, le pedimos a Dios que abra nuestros ojos a su Palabra y que nos dé un espíritu dispuesto a seguir y practicar su verdad. (¡Esto es fundamental!) Cuando Dios nos guía a través de su Espíritu Santo en respuesta a nuestras oraciones, no contradice lo que ha revelado en la Biblia. Dios siempre estará en armonía con la Biblia, confirmará lo que comunicó mediante los escritores bíblicos y construirá sobre eso. ¿Cómo te ayuda la oración a prepararte mentalmente para comprender y obedecer mejor la Palabra de Dios?

CONCLUSIÓN

Lee Elena de White, El camino a Cristo, “Qué hacer con la duda”, pp. 90- 97; y del documento “Métodos de estudio de la Biblia”, la octava parte, que se encuentra en https://cort.as/-MdHR. En la Biblia hay muchos misterios que a los seres humanos finitos se nos hace difícil comprender y que son demasiado profundos para poder explicarlos completamente. Por eso, necesitamos una mente humilde, y deberíamos estar dispuestos a aprender de las Escrituras con oración. La fidelidad a las Escrituras permite que el texto bíblico, a pesar de que su significado vaya en contra de nuestro razonamiento, diga lo que realmente dice. La fidelidad a las Escrituras respetará el texto; no lo alterará (sí, algunos en efecto cambian los textos) ni evadirá su verdadero significado. “Cuando la Palabra de Dios se abre sin oración ni reverencia; cuando los pensamientos y los afectos no están fijos en Dios, o en armonía con su voluntad, la mente es oscurecida con dudas; y entonces, con el mismo estudio de la Biblia se fortalece el escepticismo. El enemigo se posesiona de los pensamientos y sugiere interpretaciones incorrectas. Cuando los hombres no procuran estar en armonía con Dios en obras y en palabras, entonces, por más instruidos que puedan ser, están expuestos a errar en su modo de entender las Escrituras y no es seguro confiar en sus explicaciones. Los que acuden a las Escrituras para encontrar contradicciones no tienen discernimiento espiritual. Con visión distorsionada, encontrarán muchos motivos para dudar y no creer en cosas que son realmente claras y sencillas” (CC 95).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 
1. ¿Por qué las actitudes hacia la Biblia que analizamos esta semana son esenciales para una comprensión adecuada de las Escrituras? ¿Qué otras actitudes hacia la Biblia crees que son básicas para entenderla mejor? 
2. ¿Por qué no deberíamos sorprendernos de encontrar cosas en la Biblia que son difíciles de explicar y entender? De hecho, ¿cuántas cosas del mismo mundo natural a veces son difíciles de entender? Hasta el día de hoy, por ejemplo, el agua (¡el agua!) está llena de misterios. 
3. Como adventistas, ¿cómo podemos responder la pregunta de Lucas 23:43, donde (según la mayoría de las traducciones) Jesús le dice al ladrón que ese día estará en el cielo con Jesús? ¿Cómo responder en forma honesta? ¿Cómo pueden, por ejemplo, pasajes como Juan 20:17, Eclesiastés 9:5 y 1 Corintios 15:16 al 20 ayudarnos a entender este tema?

Textos clave: 2 Pedro 3:15, 16; 2 Timoteo 2:15; 1 Timoteo 4:16; 1 Crónicas 29:17; Proverbios 2:7; Santiago 4:6; Gálatas 6:9. 
RESEÑA 
En algún momento, todo aquel que estudia la Biblia ha encontrado algunos pasajes en las Escrituras que son difíciles de entender. Esta dificultad no debería sorprendernos. Cualquiera que enfrente otra cultura y cosmovisión sabe que, inevitablemente, habrá aspectos de ella que no entenderá de inmediato, porque le son extraños. Lo mismo se aplica a la cosmovisión bíblica. Si entendiéramos todo en las Escrituras, no habría necesidad de adquirir nuevas ideas, y habría menos incentivos para crecer en conocimiento espiritual. La forma en que abordamos pasajes difíciles no solo revela mucho acerca de nuestra actitud hacia las Escrituras; también muestra cuán serios somos en nuestra búsqueda de respuestas. La cantidad de tiempo y energía mental que invertimos para abordar las dificultades, tratando de encontrar soluciones que sean fieles a la Escritura, revela cuán importante es la Escritura para nosotros y cuán importante es encontrar respuestas para nosotros. Los pasajes difíciles no solo nos desafían, sino también brindan una oportunidad única de profundizar e investigar las Escrituras más a fondo para poder entender aún más cabalmente a los autores bíblicos y el mensaje de Dios. No necesitamos tener miedo de encontrar aspectos de las Escrituras que no entendemos. De hecho, podemos estar agradecidos incluso por los pasajes desafiantes y difíciles de la Biblia, porque nos brindan la oportunidad de crecer en nuestra comprensión. Hay algunas actitudes importantes que determinarán si esas dificultades se convertirán en una bendición o una maldición para nosotros.

COMENTARIO 
Posibles razones de las dificultades y las aparentes contradicciones Muchos eruditos que no creen en la inspiración divina de la Escritura suponen que la Biblia es contradictoria y está llena de errores, porque a su modo de ver ser humano significa ser falible e imperfecto. Si bien es cierto que los seres humanos son falibles y no siempre son fidedignos, también es cierto que incluso los seres humanos falibles son totalmente capaces de discernir y decir la verdad. Si hasta los seres falibles son capaces de comunicar la verdad fielmente, ¿cuánto más deberíamos esperar que Dios, que es imposible que mienta (Heb. 6:18), pueda evitar que los escritores bíblicos nos confundan con lo que escriben? Cuando la gente se acerca a las Escrituras con dudas metodológicas, aceptará su veracidad solo cuando haya evidencias y pruebas indudables de su exactitud. En lugar de otorgar a la Escritura el beneficio de la duda cuando no tenemos toda la información disponible, muchos eruditos críticos solo aceptan esos pasajes como confiables y verdaderos cuando la razón humana ha demostrado que son correctos o cuando las evidencias externas han revelado claramente que la Escritura está en armonía con hallazgos arqueológicos o científicos. Si estos criterios externos son la norma final para lo que es aceptable, y la Escritura a veces no responde a ello, estos intérpretes piensan que han hallado contradicciones. Al analizar las declaraciones bíblicas, debemos recordar que sus escritores con frecuencia utilizaban un lenguaje cotidiano, no técnico, habitual, para describir las cosas. Por ejemplo, hablaban de la salida del Sol (Números 2:3; Josué 19:12) y de la puesta del Sol (Deuteronomio 11:30; Dan. 6:14); es decir, utilizaban el lenguaje del aspecto en lugar del lenguaje científico. Además, no debemos confundir una convención social con una afirmación científica. La necesidad de precisión técnica varía según la situación en la que se hace una declaración. Por lo tanto, la imprecisión no es lo mismo que la falsedad. Algunas discrepancias pueden deberse a pequeñas variaciones y errores causados por copistas y traductores de la Biblia. La mayoría de esos errores de transmisión son cambios no intencionales, donde los copistas confunden letras similares o, al copiar un texto, el copista accidentalmente “salta a otra palabra o línea con la misma palabra o letra. Esta tendencia se agrava cuando no hay espacios entre las palabras o los signos de puntuación, lo que sin duda ocurrió con los textos griegos y también pudo haber sido el caso con el texto hebreo” (P. D. Wegner, A Student’s Guide to Textual Criticism of the Bible, p. 46). A veces se presenta una inversión en el orden de dos letras o palabras. Por ejemplo, en Juan 1:42, el nombre “Juan” [Iōannou], como se encuentra en varios manuscritos, se lee “Juna” [Iōna] en algunos otros manuscritos (ver Wegner, p. 48, para este y otros ejemplos). Esos problemas no deberían angustiarnos. En primer lugar, los manuscritos bíblicos son, con mucho, los manuscritos más confiables y mejor conservados del mundo antiguo. No existe dentro de la literatura otra obra que se transmita en tantos manuscritos y se copie tan meticulosamente en referencia a la composición original como los manuscritos bíblicos. En segundo lugar, esos cambios menores pueden corregirse a la luz de las demás evidencias disponibles. No afectan ninguna doctrina principal ni enseñanza de la Biblia. Si bien los copistas y los traductores generalmente han sido extremadamente cuidadosos en su trabajo, no eran inspirados como los autores bíblicos originales. Elena de White era consciente de que “pudo haber habido algún error de copista o traductor”. Pero, para ella, todos esos “errores no ocasionarán dificultad a un alma ni harán que ningún pie tropiece, a menos que se trate de alguien que elaboraría dificultades de la más sencilla verdad revelada” (1MS, 18, 19). Enfrentar las dificultades con honestidad y cuidado Dios se complace en la honestidad (1 Crónicas 29:17). Si buscamos sinceramente la verdad, la encontraremos. La honestidad ganará, a la larga. Tratar las dificultades honestamente significa que no las negamos ni distorsionamos las evidencias, sino que las tratamos de manera imparcial. Es mucho mejor admitir honestamente que no tenemos una respuesta satisfactoria a una dificultad que torcer las evidencias para hacerlas más agradables a nuestro gusto. Las respuestas superficiales no resistirán la prueba del escrutinio y arrojarán sombra sobre nuestra credibilidad. Una mentira piadosa es quizá la mentira más destructiva de todas, porque arroja una sombra oscura sobre el carácter de Dios y su Palabra, y pondrá en duda incluso nuestra propia integridad. Si ignoramos la honestidad en nuestra búsqueda de respuestas, mataremos nuestra conciencia y pondremos en peligro nuestra vida espiritual. A la larga, corremos peligro de no valorar para nada la verdad. Quizás al final, hasta podríamos ser incapaces de distinguir la verdad del error. Pero, la honestidad trae consigo una bendición desde el mismo comienzo: genera confianza con las mismas personas a quienes queremos ganar para la verdad de la Biblia. La honestidad es la base de todas las relaciones personales saludables. Nuestra honestidad debe ir acompañada de cuidado. La honestidad puede esperar y no se apresurará a sacar conclusiones apresuradas que se basen en información limitada. La honestidad hará todo lo necesario para evaluar cuidadosamente las evidencias disponibles. ¿Recuerdas algún ejemplo de respuestas deshonestas sobre la Biblia y el impacto negativo (a largo plazo) que han tenido en los demás? ¿Recuerdas situaciones en las que las respuestas honestas a las preguntas bíblicas hayan tenido un impacto positivo (a largo plazo) en quienes las escucharon? Enfrentar las dificultades con humildad La humildad es lo opuesto al orgullo. El orgullo nos impide apreciar las ideas y los logros de los demás. El orgullo no necesita aprender, porque piensa que ya lo sabe todo. La humildad, por otro lado, reconoce que la verdad no es algo creado por nosotros mismos, sino que es inspirada por Dios (ver 2 Tim. 3:16). Los humildes tienen un espíritu dócil y no pretenden tener todas las respuestas. Son capaces de expandir su conocimiento de la Palabra de Dios de una manera que los arrogantes y orgullosos no pueden hacer. Debido a que el orgullo está profundamente arraigado en todos nosotros y la humildad va en contra de nuestra cultura y sociedad, una actitud humilde quizá sea la más difícil de asumir en el estudio de la Biblia. ¿Conoces a alguien que tenga un carácter intelectual auténticamente humilde? ¿Quién es? ¿Qué es lo que más te impresiona de su vida y sus estudios? Reflexiona en la siguiente declaración de Elena de White sobre este tema: “Los que desean dudar tendrán abundante ocasión para ello. Dios no se propone evitarnos toda oportunidad de ser incrédulos. Él da evidencias, que deben ser investigadas cuidadosamente con mente humilde y espíritu susceptible de ser enseñado; y todos deben decidir por el peso de la evidencia” (MCP 2:674).

Enfrentar las dificultades con determinación y paciencia Algunas dificultades desafían las respuestas fáciles y rápidas. Requieren determinación y paciencia. Durante siglos, los eruditos estuvieron perplejos sobre una de las discrepancias más desconcertantes de la Escritura: los números dispares de los reinados de los reyes hebreos en el Antiguo Testamento. La Biblia proporciona mucha información sobre estos reyes, pero cuando la información se junta, parece contradictoria. Hubiera sido fácil para el erudito adventista Edwin Thiele aceptar como un hecho esta discrepancia sin resolver. Pero, debido a que creía en la veracidad y la confiabilidad de las Escrituras, estaba decidido a no darse por vencido, y durante años estudió todas las evidencias. Al estudiar cuidadosamente los datos bíblicos y compararlos con fuentes extrabíblicas, finalmente pudo demostrar que se utilizaron diferentes métodos para contabilizar los años en los reinados de los reyes hebreos. Su solución es coherente con el registro de las Escrituras y los registros de otras naciones del mundo antiguo. Su libro The Mysterious Numbers of the Hebrew Kings [Los números misteriosos de los reyes hebreos] ha llegado a ser una obra de referencia ampliamente reconocida en los círculos académicos, mucho más allá de las fronteras de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. 

APLICACIÓN A LA VIDA 
Muchos de los llamados errores no son resultado de la revelación de Dios, sino de nuestras malas interpretaciones. No surgen de ninguna oscuridad de la Biblia sino de la ceguera y el prejuicio del intérprete. Sin embargo, hay algunas dificultades bíblicas que desafían las soluciones rápidas. Son difíciles de entender, incluso para la persona más honesta y decidida. Pero, el hecho de que yo no haya encontrado una solución a un problema en particular no significa que no haya ninguna solución. Es muy probable que otros que estudian la Biblia cuidadosamente hayan luchado con la misma dificultad mucho antes que yo, y probablemente haya una respuesta, por más que yo no sea consciente de ello. Pero, también podemos experimentar lo mismo que Daniel cuando se encontró con pasajes de las Escrituras que no entendía. Él oró (ver Dan. 8:27–9:27). Al arrodillarnos, podemos obtener una perspectiva completamente nueva sobre algunos problemas. ¿En qué situaciones la oración ha marcado una diferencia en tu vida, tratándose de preguntas difíciles? Comparte tu experiencia con los demás. Para más principios y ejemplos específicos sobre cómo abordar pasajes difíciles, ver Gerhard Pfandl (ed.), Interpretación de las Escrituras: Preguntas y respuestas bíblicas (Florida, Buenos Aires, ACES, 2012).

La Biblia y la Profecía - Cómo interpretar la Biblia

"Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado" (Daniel 8:14).

La profecía bíblica es fundamental para nuestra identidad y misión. La profecía provee un mecanismo interno y externo para confirmar la exactitud de la Palabra de Dios. Jesús dijo: “Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis” (Juan 14:29; ver además Juan 13:19). La pregunta esencial es: ¿Cómo interpretar la profecía correctamente para saber cuándo se ha cumplido? Durante la Reforma, los reformadores siguieron el método historicista. Este método es el mismo que usaron Daniel y Juan como la clave para su interpretación. El método historicista considera que la profecía tiene un cumplimiento progresivo y continuo en la historia, que comienza en el pasado y termina con el Reino eterno de Dios. Esta semana, estudiaremos los pilares de la interpretación profética historicista. “Hemos de ver en la historia el cumplimiento de la profecía, estudiar las intervenciones de la Providencia en los grandes movimientos de reforma y entender la progresión de los eventos que culminan en la reunión de las naciones para la última batalla del gran conflicto” (8TI, 321).

I. EL HISTORICISMO Y LA PROFECÍA

El método básico que los Adventistas del Séptimo Día aplican para estudiar las profecías se llama historicismo. Es la idea de que muchas de las profecías más importantes de la Biblia siguen un flujo lineal ininterrumpido de la historia, desde el pasado hasta el presente y hacia el futuro. Se asemeja a la forma de estudiar historia en la escuela. Lo hacemos de esta manera porque así es como la Biblia interpreta estas profecías para nosotros. 
Lee Daniel 2:27 al 45. ¿Qué aspectos del sueño indican una sucesión continua e ininterrumpida de poderes a lo largo de la historia? ¿De qué manera la Biblia nos muestra cómo interpretar la profecía apocalíptica (del tiempo del fin)? Fíjate que el reino de Nabucodonosor se reconoce como la cabeza de oro. De este modo, Daniel identifica a Babilonia como el primer reino (Daniel 2:38). Entonces, Daniel dice: “Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino” (Daniel 2:39), y luego un cuarto (Daniel 2:40). El hecho de que estén sucesivamente uno tras otro, sin espacios, está igualmente implícito en la imagen, ya que cada uno de los reinos está representado en las partes de un cuerpo mayor que va desde la cabeza hasta los dedos de los pies. Están conectados, así como el tiempo y la historia también están conectados. En Daniel 7 y 8, en vez de una imagen, se utilizan símbolos de bestias específicas, pero la enseñanza es la misma. Se nos da una secuencia ininterrumpida de cuatro reinos terrenales (tres en Daniel 8). Comienzan en la antigüedad, atraviesan la historia hasta el presente y continúan en el futuro, cuando Cristo regrese y Dios establezca su Reino eterno. De este modo, la imagen de Daniel 2 y las visiones sucesivas de Daniel 7 y 8 proveyeron la base para la interpretación profética historicista protestante, que los Adventistas del Séptimo Día aún mantienen en la actualidad. Lee Juan 14:29. ¿Qué dice Jesús que nos ayuda a entender cómo puede funcionar la profecía? ¿Qué gran ventaja tenemos los que vivimos en la actualidad, cuando ya ha transcurrido tanta historia, con respecto a alguien que vivió en los tiempos de Babilonia?

II. EL PRINCIPIO DÍA X AÑO

Una de las claves interpretativas del historicismo es el principio de día por año. Muchos eruditos, a lo largo de los siglos, aplicaron este principio a las profecías de tiempo de Daniel y Apocalipsis. Ellos extrajeron el principio de varios textos clave y del contexto inmediato de las profecías mismas. Lee Números 14:34 y Ezequiel 4:6. ¿Cómo enuncia Dios el principio de día por año en estos versículos específicos? En estos pasajes, podemos ver muy claramente la idea del principio de día por año. Pero ¿cómo justificamos el uso de este principio con algunas de las profecías de tiempo, como en Daniel 7:25 y Daniel 8:14, así como en Apocalipsis 11:2 y 3; 12:6 y 14; y 13:5? Otros tres elementos respaldan el principio de día por año en estas profecías de Daniel y Apocalipsis: el uso de símbolos, los largos espacios de tiempo y algunas expresiones peculiares. En primer lugar, la naturaleza simbólica de las bestias y los cuernos que representan reinos sugiere que las expresiones temporales también deben interpretarse como simbólicas. Las bestias y los cuernos no deben tomarse literalmente. Son símbolos de otra cosa. Por lo tanto, debido a que el resto de la profecía es simbólica, no literal, ¿por qué deberíamos tomar como literales solo las profecías de tiempo? La respuesta es, por supuesto, que no deberíamos. En segundo lugar, muchos de los acontecimientos y los reinos representados en las profecías cubren un lapso de muchos siglos, lo que sería imposible si las profecías de tiempo que los representan se tomaran literalmente. Una vez que se aplica el principio de día por año, el tiempo se ajusta a los acontecimientos de una manera notablemente precisa. Finalmente, las expresiones peculiares utilizadas para designar estos períodos sugieren una interpretación simbólica. En otras palabras, las formas en que el tiempo se expresa en estas profecías (p. ej., “dos mil trescientas tardes y mañanas”, de Daniel 8:14) no son las formas normales de expresar el tiempo, lo que indica que los períodos que se muestran deben tomarse en forma simbólica, no literal. Observa la profecía de las 70 semanas de Daniel 9:24 al 27. Leemos que “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe” (Dan. 9:25), habrá literalmente 69 semanas, o solo un año, 4 meses y una semana. Si esta profecía se la interpretara literalmente, no tendría sentido, ¿verdad? Sin embargo, ¿qué sucede cuando aplicamos el principio bíblico de día por año, y las 70 semanas se convierten en 490 años?

III. IDENTIFICACIÓN DEL CUERNO PEQUEÑO

Durante siglos, los reformadores protestantes identificaron el poder del cuerno pequeño de Daniel 7 y 8 como la iglesia romana. ¿Por qué? Lee Daniel 7:1 al 25 y 8:1 al 13. ¿Cuáles son las características comunes del cuerno pequeño en ambos capítulos? ¿Cómo podemos identificarlo? Hay siete características comunes entre el cuerno pequeño de Daniel 7 y 8: (1) se describe a ambos como un cuerno; (2) ambos son poderes perseguidores (Daniel 7:21, 25; 8:10, 24); (3) ambos se exaltan a sí mismos y son blasfemos (Daniel 7:8, 20, 25; 8:10, 11, 25); (4) ambos atacan al pueblo de Dios (Daniel 7:25; 8:24); (5) el tiempo profético delinea aspectos de la actividad de ambos (Daniel 7:25; 8:13, 14); (6) ambos se extienden hasta el fin del tiempo (Daniel 7:25, 26; 8:17, 19); y (7) ambos serán destruidos en forma sobrenatural (Daniel 7:11, 26; 8:25). La historia identifica al primer reino como Babilonia (Dan. 2:38); al segundo, como Medopersia (Dan. 8:20); y al tercero, como Grecia (Daniel 8:21). La historia es inequívoca: después de estos imperios mundiales viene Roma. En Daniel 2, el hierro que representa a Roma continúa en los pies de hierro mezclado con barro cocido; es decir, hasta el fin de los tiempos. El cuerno pequeño de Daniel 7 surge de la cuarta bestia, pero sigue siendo parte de esta cuarta bestia. ¿Qué poder salió de Roma y continuó con su influencia político-religiosa durante al menos 1.260 años (ver Daniel 7:25)? Solo un poder encaja con la historia y la profecía: el Papado. El Papado llegó al poder entre las diez tribus bárbaras de Europa y eliminó a tres de ellas (Daniel 7:24). El Papado era “diferente de los primeros” (Daniel 7:24), lo que indica su singularidad en comparación con las otras tribus. El Papado hablaba “palabras contra el Altísimo” (Daniel 7:25) y “se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos” (Daniel 8:11) al usurpar el papel de Jesús y reemplazarlo por el del Papa. El Papado cumplió la predicción de perseguir a “los santos del Altísimo” (Daniel 7:25) y de echar por tierra a “parte del ejército” (Daniel 8:10) durante la Contrarreforma cuando los protestantes fueron masacrados. El Papado procuró “cambiar los tiempos y la ley” (Daniel 7:25) al eliminar el segundo Mandamiento y cambiar el día de reposo del sábado al domingo. En Daniel 2, 7 y 8, después de Grecia, surge un poder que existe hasta el fin. ¿Qué otro poder podría ser ese aparte de Roma, ahora en su etapa papal? Por más políticamente incorrecta que sea, ¿por qué esta es una enseñanza vital del mensaje de los tres ángeles y, por lo tanto, un componente vital de la Verdad Presente?

IV. EL JUICIO INVESTIGADOR

El bosquejo profético estudiado esta semana ha encontrado un apoyo abrumador entre los historicistas protestantes desde la Reforma. Pero no fue hasta el movimiento millerita a principios del siglo XIX que los 2.300 días y el Juicio Investigador fueron cuidadosamente reconsiderados y estudiados. Mira el siguiente cuadro:

Daniel 7                                          Daniel 8

Babilonia (león)                             No aparece en este capítulo

Medopersia (oso)                          Medopersia (carnero)

Grecia (leopardo)                          Grecia (macho cabrío)

Roma pagana (cuarta bestia)          Roma pagana (el cuerno avanza horizontalmente)

Roma papal (cuerno pequeño)          Roma papal (el cuerno avanza verticalmente)

Lee Daniel 7:9 al 14; y 8:14 y 26. ¿Qué ocurre en el cielo según muestran estos versículos? Después del período de persecución medieval, que terminó en 1798 con la captura y la reclusión del Papa por parte del general Berthier (Apocalipsis 13:3), Daniel 7 y 8 hablan de juicio. El Juicio se llevará a cabo en el cielo, donde “el Juez se sentó” (Daniel 7:10) y “con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días” (Daniel 7:13). Esta es una escena de juicio que ocurre después de 1798 y antes de la segunda venida de Jesús. Esta escena de juicio en Daniel 7 es directamente análoga a la purificación del Santuario en Daniel 8:14. Hablan de lo mismo. Según Daniel 8:14, el tiempo de esta “purificación del santuario”, que es la terminología del Día de la Expiación, es de 2.300 tardes-mañanas, o días. Con el principio de día por año, estos días representan 2.300 años. El punto de partida de los 2.300 años se encuentra en Daniel 9:24, en el que la profecía de las 70 semanas (490 años) está chatak, “cortada” o “determinada”, de la visión de los 2.300 días (Dan. 9:24). De hecho, muchos eruditos consideran acertadamente que la profecía de 2.300 días (años) de Daniel 8:14 y la profecía de las 70 semanas (490 años) de Daniel 9:24 al 27 son dos partes de una profecía. El siguiente versículo de la profecía de las 70 semanas, Daniel 9:25, indica el comienzo del período: “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén”. La fecha para este hecho es “el séptimo año del rey Artajerjes” (Esdras 7:7), o 457 a.C. Si contamos 2.300 años hacia delante, llegamos a 1844, que no es mucho después de 1798 y antes de la segunda venida de Jesús. Esto es cuando Jesús entró en el Lugar Santísimo y comenzó su obra de intercesión, de purificación del Santuario celestial. Observa la tabla en el estudio del viernes.

V. LA TIPOLOGÍA COMO PROFECÍA

Los símbolos de las profecías apocalípticas, como los que se encuentran en Daniel y Apocalipsis, tienen un cumplimiento único. Por ejemplo, el macho cabrío encontró su cumplimiento en Grecia, un reino singular (Daniel 8:21). ¡Al fin y al cabo, el texto lo menciona directamente! ¿Podría ser más evidente? Sin embargo, la tipología se centra en personas, hechos o instituciones reales del Antiguo Testamento basados en una realidad histórica, pero que señalan a una realidad mayor en el futuro. El uso de la tipología como método de interpretación se remonta a Jesús y a los autores del Nuevo Testamento, e incluso la encontramos en el Antiguo Testamento. La única guía para reconocer un tipo y un antitipo es cuando un escritor inspirado de las Escrituras los identifica. 
Lee 1 Corintios 10:1 al 13. ¿A qué acontecimientos históricos se refiere Pablo al amonestar a la iglesia de Corinto? ¿Qué relación tiene esto con nosotros hoy? Pablo se remite a la realidad histórica del Éxodo y elabora una tipología basada en la experiencia de los antiguos hebreos en el desierto. De esta manera, Pablo muestra que Dios, quien inspiró a Moisés para registrar estos acontecimientos, quiso que “estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros” (1 Corintios 10:6), y de ese modo amonestaran al Israel espiritual para que resistiera la tentación mientras vivimos en los últimos días. Lee los siguientes pasajes y escribe el tipo y el cumplimiento del antitipo de cada uno, según lo describen Jesús y los autores del Nuevo Testamento.

Mateo 12:40

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Juan 19:36

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Juan 3:14, 15

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Romanos 5:14

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Juan 1:29

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En cada caso, Jesús y los escritores del Nuevo Testamento aplican el tipo y la interpretación antitípica que permiten resaltar el significado profético. De esta manera, apuntan a un mayor cumplimiento de la realidad histórica. Piensa en el servicio del Santuario terrenal, que funcionaba como un tipo de todo el plan de salvación. ¿Qué nos enseña esto acerca de la importancia del mensaje del Santuario para nosotros hoy?

CONCLUSIÓN

Lee 1844: Hecho simple, de Clifford Goldstein, como un lugar entre tantos para encontrar más material sobre la profecía de los 2.300 días.

El aspecto central que se debe considerar aquí es que la escena del Juicio de Daniel 7, que tiene lugar después de 1.260 años de persecución (Dan. 7:25), es lo mismo que la purificación del Santuario de Daniel 8:14. Y esta escena de Juicio celestial es lo que conduce, en última instancia, al establecimiento del Reino eterno de Dios al final de la triste historia de esta Tierra caída. Por lo tanto, tenemos poderosas evidencias bíblicas de la gran importancia que las Escrituras le dan a Daniel 8:14 y al acontecimiento que representa.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

1. Repasa Daniel 2. Fíjate con qué claridad se revela el método historicista: una secuencia ininterrumpida de imperios mundiales, que comienza en la antigüedad y termina con el establecimiento del Reino eterno de Dios. Dios nos da la clave para interpretar estas profecías. Sin embargo, ¿qué dice sobre el estado del mundo cristiano el hecho de que muy pocos cristianos empleen el método historicista en la actualidad? ¿Por qué este hecho ayuda a establecer aún más la relevancia del mensaje adventista para el mundo en este tiempo? 
2. ¿Qué tan bien entiendes la profecía los 2.300 días de Daniel 8:14? Si no la entiendes, ¿por qué no te tomas el tiempo necesario para estudiarla y compartirla con la clase? Quizá te sorprendas con la solidez de nuestra interpretación de esta profecía. 
3. Lee Daniel 7:18, 21, 22, 25 y 27. Observa el enfoque en lo que les sucede a los santos. ¿Qué les hace el cuerno pequeño? En contraste, ¿qué hace el Señor por ellos? ¿Cuáles son las buenas noticias para los santos con respecto al Juicio? ¿Qué les da finalmente el Juicio?

Textos clave: Daniel 2:27–45; Juan 14:29; Números 14:34; Daniel 7:1–25; 8:14; 1 Corintios 10:1–13.

RESEÑA

El reavivamiento de la Reforma Protestante se produjo como resultado directo del estudio de las emocionantes profecías de Daniel y Apocalipsis, y el redescubrimiento del método de interpretación historicista, derivado de Sola Scriptura. De hecho, la forma interna en que Daniel y Juan interpretaron las profecías se convirtió en la clave para el estudio protestante de la Biblia. El método historicista ve la profecía como un cumplimiento progresivo y continuo a lo largo del tiempo. Esta visión llevó a hombres como Wiclef, Lutero, Zuinglio, Knox y otros a identificar el cuerno pequeño en Daniel 7 y 8 y la bestia que sube del mar, como se muestra en Apocalipsis 13, como la Iglesia Católica Romana, el poder papal. La corriente reformista tuvo una enorme influencia en Europa, con lo que la gente salió de la Edad Media. Esta corriente fue seguida por la Inquisición Romana y la persecución masiva. Muchos de los reformadores huyeron a las costas pacíficas del Nuevo Mundo, donde pudieron adorar a Dios en espíritu y en verdad (ver Apocalipsis 12:13-17). Hoy la Biblia sigue siendo única en comparación con otros libros religiosos del mundo porque el treinta por ciento de su contenido es de naturaleza profética. La profecía bíblica proporciona un mecanismo interno y externo para confirmar la precisión de la Palabra de Dios. La profecía que apunta a la esperanza del Mesías venidero, la Segunda Venida, mantiene a la iglesia con expectativa y esperanza. Le otorga sentido y le da urgencia a la misión, porque si Jesús viene pronto llama a los creyentes a preparar al mundo para su gran advenimiento. Esta semana estudiaremos los pilares de la interpretación profética historicista que proporcionan la identidad y la misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

COMENTARIO

Ilustración 
Muy alejados de los inquisidores de Europa, los protestantes estadounidenses establecieron las primeras universidades importantes: Harvard, Yale y Princeton, para preparar a sus pastores. Durante más de un siglo y medio, los presidentes y los profesores de estas instituciones produjeron obras importantes que esbozan las profecías de Daniel y Apocalipsis desde una perspectiva historicista. 
Pero Roma no estaba ociosa. Los eruditos católicos, durante la Contrarreforma, reaccionaron a los protestantes con nuevas interpretaciones que desviaron la atención del Papado. El jesuita español Luis de Alcázar (1554–1613) formuló el preterismo, que interpretaba las profecías bíblicas simplemente como comunicación de acontecimientos que sucedieron en el pasado. Los preteristas mayormente negaban la posibilidad de la profecía predictiva. De Alcázar proyectó el poder del anticristo hacia el pasado, identificándolo con el emperador romano Nerón. 
Otro jesuita español, Francisco Ribera (1537-1591), publicó un comentario de quinientas páginas sobre el libro de Apocalipsis, que enseñaba que la mayoría de las profecías se cumplirían en el tiempo del fin en un breve período de tres años y medio. El futurismo iba en dirección opuesta a la de Alcázar, al colocar el énfasis de la profecía en el futuro y dejando a la iglesia papal de la Edad Media totalmente fuera del marco de tiempo profético. Ninguna de estas posturas tuvo mucha influencia al principio. 

Dos acontecimientos cambiaron este hecho afortunado. 
Según Sidney Rooy (En Wagenveld, 114) durante el siglo XIX, la introducción en algunos seminarios de la alta crítica de la Biblia representaba para muchos cristianos un cuestionamiento de las buenas nuevas del evangelio mismo. Surgieron respuestas apologéticas a las novedosas teorías acerca del origen de los libros de la Biblia. Como la crítica bíblica descansaba sobre argumentos racionales típicos del pensar intelectualizado de esos tiempos, las respuestas tendían a seguir la metodología racional. La famosa teología de Princeton llegó a postular que sin establecer la veracidad de la Biblia por vía racional, no tenía sentido seguir con el estudio de ella, de la historia de la iglesia, ni de la teología práctica. En respuesta a esta corriente intelectual nación el llamado 'Fundamentalismo'".

El enfoque histórico-crítico en el siglo XVIII afirmó eliminar la posibilidad de la profecía predictiva, al adoptar algunos principios de la postura preterista. Esta postura ahora es la predominante, ampliamente sostenida por eruditos de la Alta Crítica, tanto de tradiciones católicas como protestantes. Mientras tanto, los cristianos más conservadores fueron fuertemente influenciados por la Biblia de Referencia Scofield (1906), lo que llevó a que la gran mayoría en la actualidad acepte una visión futurista (dispensacionalista) que prevé un rapto secreto, la reconstrucción del Templo de Jerusalén y un milenio anterior a la segunda venida de Cristo. Solo los Adventistas del Séptimo Día siguen siendo un remanente entre los protestantes que defienden el método historicista

¿Cómo utilizaron los profetas bíblicos este método? 
Texto bíblico Daniel interpretó la imagen del sueño de Nabucodonosor en el capítulo 2, y los símbolos de los capítulos 7 y 8, como una serie de imperios que aparecen uno tras otro en una secuencia continua. Específicamente le dijo a Nabucodonosor que él, como representante de Babilonia, era la cabeza de oro (Daniel 2:38). Los siguientes tres reinos ocurren sucesivamente como partes del cuerpo conectadas entre sí. Estas partes están compuestas por varios metales, que las distinguen unas de otras, pero están conectadas por la imagen corporal en orden descendente. El ángel Gabriel identifica específicamente al segundo y al tercer reinos después de Babilonia como “los reyes de Media y de Persia” (Daniel 8:20) y el “rey de Grecia” (Daniel 8:21). Indudablemente, las piernas de hierro, que vienen después, deben identificarse con Roma, como lo ha demostrado el curso de la historia. La continuación del hierro en los dedos de los pies, aunque mezclado con arcilla, indica la continuación de Roma con el poder católico-romano. Cada visión sucesiva expande con mayor detalle las cosas que sucederán “en los postreros días” (Daniel 2:28). Daniel 7 y 8 se centran cada vez más en el poder del cuerno pequeño. La recapitulación, expansión y ampliación de detalles continúa en Daniel 11, en el que el Papado se convierte en el punto focal predominante. Este énfasis en el Papado es apropiado cuando vemos que la fuerza principal por enfrentar en la profecía de los 1.260 días/años debe ser, y solo puede ser, el Papado, hasta la herida mortal en 1798, y más allá. Esta interpretación nos conecta con los poderes de los que Juan habló proféticamente en Apocalipsis 12, 13 y 17. 
En Apocalipsis 13, el poder de la bestia que sube del mar refleja las actividades del cuerno pequeño en Daniel 7 y 8. Reina por el mismo período de 42 meses (Apocalipsis 13:5), o 1.260 años. Blasfema el nombre de Dios y su tabernáculo (Apocalipsis 13:6). Mata a espada y hace guerra contra los santos (Apocalipsis 13:10). Será adorado (Apocalipsis 13:8). Estas descripciones se cumplen en el Papado. Pero Dios protegió a la mujer, su iglesia, del poder (inducido por la serpiente) de la bestia que sube del mar, y la Tierra “tragó el río” (Apocalipsis 12:16). El preterismo le asigna una nueva fecha al profeta Daniel en el siglo II, después de que Babilonia, Medopersia y Grecia entraran en escena. Además, el preterismo reinterpreta el poder del cuerno pequeño como un rey seléucida, Antíoco Epífanes IV. (El futurismo también tiende a interpretar que el cuerno pequeño es Antíoco IV, pero luego también sugiere que aparecerá un futuro anticristo en el tiempo del fin.) Sin embargo, esta identificación no encaja, por varias razones: 
(1) El origen del cuerno pequeño. El cuerno pequeño salió “de uno de ellos” (Daniel 8:9). Los preteristas sostienen que el cuerno pequeño salió de uno de los cuatro cuernos (los generales Lisímaco, Casandro, Ptolomeo y Seleuco, y sus sucesores como jefes de los cuatro reinos macedonios en los que se dividió el imperio de Alejandro Magno). Pero la evidencia gramatical, contextual y sintáctica apunta a la conclusión de que el cuerno pequeño salió de uno de los “cuatro vientos”, o puntos cardinales, una expresión que precede inmediatamente a la frase. 
(2) La progresión del poder en los reinos. El carnero medopersa “se engrandecía” (Daniel 8:4), el macho cabrío griego “se engrandeció sobremanera” (Daniel 8:8), el cuerno pequeño “se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos” (Daniel 8:10, 11). Pero este engrandecimiento del poder no puede atribuirse a un solo gobernante débil como Antíoco IV. 
(3) La disposición del orden. Antíoco IV gobernó en medio de la dinastía seléucida, la séptima de una serie de 27 reyes. El poder del cuerno pequeño aparece “al fin del reinado de estos” (Daniel 8:23). Roma aparece en la última parte del Imperio Griego, no así Antíoco IV. 
(4) La dirección de la conquista. El poder del cuerno pequeño era para conquistar hacia el este, el sur y “hacia la tierra gloriosa” (Daniel 8:9); es decir, desde la dirección del oeste. Pero Antíoco IV fue el responsable de la pérdida de Judea, la “tierra gloriosa”, no de su conquista, y solo tuvo un éxito limitado en el sur (Egipto). 
(5) La abominación desoladora. Los eruditos creen que Antíoco IV causó la desolación del Santuario, pero Jesús en su época cita a Daniel y menciona que esta desolación aún está en el futuro (Mateo 24:15), y Antíoco IV ya había muerto hacía dos siglos. 
(6) Los “días” tarde/mañana. Las 2.300 tardes/mañanas se interpretan como los sacrificios que cesaron durante la profanación del Templo por parte de Antíoco IV. Por lo tanto, para adaptar la interpretación de Antíoco, el número se reduce a 1.150 días literales. Pero la frase ‘ereb bōqer es muy similar a la designación utilizada en Génesis 1 para referirse al día de 24 horas. Sin embargo, los sacrificios matutinos y vespertinos relacionados con el Santuario terrenal se mencionan en un orden diferente; por ende, la desolación mencionada en Daniel 8:13 no se refiere a la interrupción de los servicios del Santuario terrenal durante la época de Antíoco. 
(7) El cierre profético de la profecía. La estrecha relación entre Daniel 2 y 7 indica que hay una conclusión gloriosa. Pero, si Judas Macabeo, el judío, derrotó a Antíoco IV, ¿cómo llega Judas en las nubes de los cielos, como el hijo de hombre (Dan. 7:13), y en qué sentido su reino es eterno (Daniel 7:14)? (N. R. Gulley, Systematic Theology: The Church and the Last Things, pp. 713–717). Ni la interpretación preterista ni la futurista coinciden con los criterios del texto ni con el testimonio de Jesús. Por lo tanto, por estas y otras razones, la interpretación de Antíoco para Daniel 8 es insostenible. Solo la interpretación historicista de la profecía es la que identifica con precisión los últimos 2.600 años de historia en una perspectiva profética y secuencial.

APLICACIÓN A LA VIDA

¿Por qué en el siglo XXI nos importan estos detalles? Al examinar algunos de los desafíos planteados al modelo historicista de interpretación profética, debemos admitir que cuando usamos las Escrituras para interpretar las Escrituras y permitir que los profetas Daniel y Juan hablen sobre estos asuntos, debemos concluir con los reformadores que el poder del cuerno pequeño salió de la cuarta bestia (Daniel 7) desde el occidente hacia los cuatro vientos (Daniel 8) y gobernó durante 1.260 años, poco antes de que Cristo entrara en el Lugar Santísimo del Santuario. Juan se refiere a este mismo poder como la bestia que sube del mar (Apocalipsis 13:1-10). Solo hay una entidad que se ajusta a los criterios de las Escrituras y la historia: la Roma papal. También debemos reconocer que los otros dos métodos principales de interpretación, el preterismo y el futurismo, se originaron en Roma con el objetivo principal de rechazar la interpretación protestante durante la Contrarreforma. Este hecho plantea serias dudas sobre las principales iglesias protestantes actuales que han adoptado estos modelos católicos. Sin duda, esta situación apunta al cumplimiento de nuestra misión para proclamar el mensaje de los tres ángeles de llamar al pueblo de Dios a salir de la confusión de Babilonia, mientras todavía haya tiempo en la historia de la Tierra. Plantea estas preguntas en la clase:

1. ¿Cuánto han cambiado las iglesias protestantes en la actualidad? ¿De qué manera la posición historicista los ha protegido de los errores que enseña la Iglesia Católica, y cómo se ha eliminado esa protección en la práctica?

2. ¿De qué maneras puedes compartir el singular mensaje del “evangelio eterno” incorporado en el mensaje de los tres ángeles “a toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Apocalipsis 14:6, 7)?