jueves, 16 de enero de 2025

Patrones de Revelación - Teofanías

1. Introducción

La comunicación divina se manifiesta a través de formas significativas que Dios utiliza para interactuar con la humanidad. A través de un análisis detallado, se busca comprender cómo estas experiencias han sido fundamentales para los escritores bíblicos y su relación con la revelación divina.

2. Formas Significativas

La revelación divina ocurre por intermedio de la producción de “formas significativas” . Estas son los medios o recursos a través de los cuales él (Dios) se comunica. Para el escritor humano, esas formas significativas representan “los medios objetivos de comunicación de Dios para el escritor". 
Dios proporcionó a los profetas sus formas significativas (revelaciones) de varios modos – de forma visible e invisible, directa e indirecta, con o sin intervenciones milagrosas. Uniendo esos dos modos divinos de comunicación, los patrones de revelación pueden ser clasificados de la siguiente forma:
1. Revelación visible, milagrosa y directa (teofanías, visiones, sueños y milagros)
2. Revelación visible, milagrosa e indirecta (revelaciones previas)
3. Revelación invisible, no milagrosa y directa (Jesucristo, la historia y la naturaleza)
4. Revelación invisible, no milagrosa e indirecta (Relatos presentados por otros al respecto de Jesucristo, revelaciones previas, la historia y la naturaleza) 
Como es posible ver en el análisis anterior, los escritores bíblicos vivieron esas fuentes de revelación personalmente en el tiempo y en el espacio. Algunas de ellas procedieron de modo visible, milagroso y directo de la revelación, como las teofanías, sueños y visiones; otras, de modo invisible, no milagroso y directo como la historia y la naturaleza.
Comprender que Dios puede actuar en el tiempo y en el espacio es definir que Dios puede actuar históricamente; entonces, la pregunta no es si Dios se comunicó con los profetas, sino cómo lo hizo. Para responder a esa pregunta necesitamos depender de los escritos bíblicos, pero debemos reconocer que Dios pudo haber usado otras formas o medios de comunicación de los cuales o tenemos conocimiento  tal como lo presenta el apóstol Pablo (Hb 1:1). 

3. Teofanías en la Biblia

Las formas significativas usadas por Dios para comunicarse pueden ser agrupadas de acuerdo con el modo de la acción divina que les dio origen. Aunque ningún mortal puede ver a Dios (Ex 33:18; Jn 1:18; 1 Ti 6:16; 1 Jn 4:12) porque es invisible (1 Ti 1:17).  Encontramos en las Escrituras fuentes visibles y milagrosas de revelación, siendo dignas de notar las teofanías (Gn 35:9; Ex 3:2; 6:3; 24:10; 34:5; Dt 31:15; Jc 6:11-24), sueños y visiones (Nm 12:6; 1 Sa 3:1; Jr 14:14; Os 12:10; Jl 2:28; Hch 2:7). En vista de que los autores bíblicos vivieron las teofanías en el tiempo y en el espacio, ellas constituyen fuentes de revelación visibles, milagrosas y directas. 
Definición y Significado
La palabra Teofanía viene de dos palabras griegas: Theos “Dios” y Fhaino “Brillar”. Así, ‘teofanía’ significa literalmente ‘Dios Brilla’.  Ese significado literal probablemente se refiere a la luz brillante asociada a algunos ejemplos de la teofanía divina, como las encontradas en Mt 17:2 o Hch 9:3. Por otro lado, también podría traducirse como [Del gr. Theos “Dios” y phania, manifestación] Manifestación de Dios, desde la voz hasta la imagen, perceptible por los sentidos humanos (Gn 18:1–16; Jc 13:15–22). 
Del punto de vista teológico, sin embargo, la palabra se refiere a la presencia directa de Dios en el mundo temporal. En una teofanía, Dios se muestra de forma personal. Durante esos eventos, Dios, se hace presente en un lugar específico dentro del tiempo y espacio en lo que se conoce como continuum ‘cerrado’ de la historia humana. Esta presencia directa y tangible, permite a Dios actuar dentro de las leyes de las leyes de causa y efecto, sin alterarlas ni interrumpir su continuidad.  
Una Teofanía es una manifestación temporalmente visible de la presencia y la gloria de Dios. Esta puede ser en fenómenos naturales como nubes (2 Cro 7:1-3) el fuego, en forma humana o en la experiencia profética visionaria.  

Ejemplos de Teofanías
Las teofanías son una manifestación física de la presencia de Dios entre su pueblo; una forma especial particularmente asociada con Israel ofreciendo orientación en el camino del éxodo.  Reciben este nombre las apariciones de la Deidad. Cuyas tareas eran el dar revelación, guía, ánimo, advertencias y la ejecución de juicio sobre aquellos que se oponen a los propósitos de Dios. En vista de que aceptaba adoración (p.e. Nm 22:22-31) se entiende que era Dios mismo . 
Dios el Padre es invisible (Jn. 1:18; 1 Ti. 6:16). Se manifestó a los hombres en la persona del Ángel de Jehová (Gn 16:7; Ex 32:34; 33:14), el Ángel del Pacto (Ml 3:1), y Cristo. Las teofanías bíblicas pueden definirse en tres marcados grupos : 
(1) Las teofanías del AT, que preparaban la venida de Cristo.  
(2) La encarnación de Cristo (Cristofanía Mr 6:48), Dios manifestado en carne.  
(3) El retorno de Cristo. 
Las apariciones de Dios toman bastantes formas y apariencias. Estas formas reflejan la profundidad y la riqueza de su carácter y acciones, imposible de captar y entender por una sola representación. Cada forma resalta aspectos específicos de su naturaleza: su autoridad como juez en las presentaciones en tribunales, su incomprensibilidad en las nubes, y su poder y omnipresencia en el carro, y su cercanía en las apariencias humanos que anticipan la encarnación de Cristo . Estas teofanías del Antiguo Testamento no solo apuntan hacia Cristo como la revelación culminante de Dios, sino que también ofrecen un marco para comprenderlo mejor.
¿Son las teofanías literales o simbólicas?
Sin embargo, en el modelo clásico y el moderno, una teofanía es meramente una manifestación externa de su ser "para nosotros". Porque la naturaleza de Dios es atemporal, no puede estar realmente presente en tiempo y espacio. Los teólogos clásicos y modernos entienden cualquiera de esas apariciones de Dios como un símbolo que señala al ser atemporal de Dios. Como un símbolo, la aparición no debe confundirse con el Dios real que siempre permanece atrás y más allá de la realidad de la apariencia. Según estos otros modelos, una Teofanía nunca es la directa presencia de Dios dentro del espacio y el tiempo, sino solamente un símbolo de su presencia atemporal en la eternidad, que para Dios es el ahora sin fin.
En el modelo histórico-cognitivo, las teofanías divinas son la base y el centro para todos los demás modos y patrones de revelación. Sabemos que las formas significativas presentes en esas teofanías, ya sean literales o en sueños y visiones, proceden directamente de Dios, porque Dios se presenta en el espacio y el tiempo. Por la misma razón, sabemos que los significados espacio temporales literales de estas formas describen exactamente el ser y las acciones de Dios. La temporalidad de Dios, aunque infinita, le permite comunicarse literal y directamente con sus criaturas humanas finitas. Dios les habla a los profetas directamente en su propio patrón de pensamiento y lenguaje. Cualquier conocimiento que Dios les da en revelación describe directamente lo que sea a lo que se refiere, sea parte de la creación de Dios o Dios mismo.
La comunicación divina siempre implica condescendencia divina. En otras palabras, para comunicarse, Dios desciende deliberadamente de su nivel de existencia a la existencia humana creada. Nada le impide a Dios crear formas significativas de comunicación que tienen sentido obvio y abierto en el espacio y el tiempo de la experiencia humana.
Aunque va más allá de la descripción bíblica de Dios decir que tiene una boca como nosotros, él ciertamente puede pronunciar los sonidos que requiere una comunicación oral (por ejemplo, Mt 3,17). Puede comunicarse en lenguaje humano. Sabe el significado que le damos a nuestras palabras y las utiliza en consecuencia para hablar a los profetas. (Aunque Dios se comunica directamente, eso no quiere decir que conocemos el ser de Dios directa o completamente como él se conoce a sí mismo. La Escritura nos dice que la revelación de Dios es fragmentaria y opacada por nuestro presente estado de pecado, por ejemplo, en Is 59,2).
A veces, las teofanías ocurren dentro de los sueños o visiones. En tales casos, tenemos un contexto teofánico, pero no una Teofanía verdadera.
Las formas significativas que Dios da en sueños y visiones son similares a aquellas en teofanías "normales". 
Estas formas son principalmente palabras (Ez 1,28), hechos (Ez 1,12), representaciones (1 Re 22,19-22), símbolos (Ez 1,15-16) y figuras (Ez 1,5; Is 6,1). Como formas de comunicación, no hay nada sobrenatural en ellas. Los humanos han usado estas formas significativas para comunicarse unos con otros desde la creación misma.
Dios habla acerca de sí mismo y su voluntad en formas y lenguaje que son comprensibles para los seres humanos, Al hacerlo, puede revelar sus pensamientos directamente y sin distorsión, si bien limitado por nuestros patrones de pensamiento. 
El hecho de que, Dios, haya hablado en este último tiempo ‘por el Hijo’ destaca la superioridad de Cristo como la “huella exacta ” de la naturaleza de Dios, cuya venida supera las apariciones anteriores. Y aunque, los modelos clásico y moderno de inspiración, definen una Teofanía apenas como una manifestación externa simbólica de Dios y no su presencia real en el tiempo y el espacio; es posible ver, por toda la larga lista de textos bíblicos que, lejos de quitarles valor, las teofanías del Antiguo Testamento, estas son esenciales para apreciar mejor la revelación en Cristo.

Características de las Teofanías
Una Teofanía, por lo general, presenta cinco características:
1. El ser celestial aparece rodeado de gloria (Jl 2:10, 11; Ex 19:18, 19; Sal 50:1-3; 97:1-5. 
2. El pueblo o individuo siente temor (Jc 13:1-25; Is 6:1-8; Ex 3:2-6; Mi 1:1-4) 
3. El visitante celestial dice: 'No temas". (Ex 14:13)
4. El visitante celestial comunica una revelación (Za 2:1-5; Jc 13:3-5)
5. Los humanos responden a la revelación (2 Cro 7:1-3)
Aunque, la teofanía trátase apenas del encuentro directo con Dios; sueños y visiones u otro tipo de manifestación indirecta son llamados contextos teofánicos. A veces ocurren teofanías dentro de sueños y visiones. En esos casos tenemos un contexto Teofánico, pero no una teofanía propiamente dicha. Las formas significativas ofrecidas por Dios en sueños y visiones son semejantes a las presentadas en teofanías ‘normales’. Esas formas se constituyen principalmente de palabras (Ez 1:28), acciones (Ez 1:12), representaciones (1 Re 22:19-22), símbolos (Ez 1:15, 16) y figuras (Ez 1:5; Is 6:1). 
Aunque no nos sea posible afirmar, con base en la descripción bíblica de Dios, que Él tiene una boca como la nuestra, Dios ciertamente puede proferir los sonidos necesarios para la comunicación oral  (p.e. Mt 3:7). Él puede comunicarse en lenguaje humano. Él conoce el significado que damos a las palabras y las usa con el mismo sentido para hablar a los profetas. Vale resaltar que, aunque Dios se comunique directamente, eso no significa que tenemos un conocimiento a su respecto tan completo o tan inmediato cuanto Él tiene de sí mismo . Las Escrituras nos informan que la revelación de Dios es fragmentaria y ofuscada debido a nuestro presente estado de pecado, como deja claro, por ejemplo, Is 59:2.

4. El Papel Divino

Para que la revelación ocurra, Dios necesita dar origen a significados, cuyas presuposiciones, para el escritor bíblico sean inteligibles en el momento de la recepción y que transmitan el propósito divino. Esto significa que los escritores bíblicos tenían la libertad de usar sus capacidades humanas de percepción para recibir y transmitir a revelación divina. En este sentido, la doctrina y los fenómenos de las Escrituras nos presentan varios medios empleados por Dios para comunicar su voluntad y enseñanzas a los escritores bíblicos.
Las teofanías proporcionan revelaciones en el modo visible-milagroso-directo de operación divina. Como manifestaciones visibles y audibles de la presencia de Dios en el tiempo y en el espacio, las teofanías afirman la revelación en el contexto histórico, temporal y espacial de la cognición humana . Ellas demuestran que Dios condescendió en relacionarse con la mente humana sin alterar su funcionamiento normal y cotidiano. Esto significa que, al recibir la revelación, no se le pidió al ser humano que tradujera los pensamientos divinos atemporales para los seres humanos. En cambio, el contenido cognitivo fue expresado por medio de palabras pronunciadas por el ser divino. 
Por ejemplo, en el caso de Moisés, Dios apareció en forma angélica en una zarza ardiente. Como señala Thompson, “Dios no se aparece como persona, únicamente se oye su voz”.   Es decir, mediante esa aparición visible; como en el caso de Ezequiel, Dios apareció con forma ‘como de hombre’. Pero para no ser acusado de describir a Dios sólo como un hombre glorificado, en este caso, el profeta escogió con cuidado las frases de su descripción a medida que escribía bajo la inspiración del Espíritu Santo. Dios no tiene cuerpo de hombre; más bien, era “una figura que parecía de hombre”. Dios no extendió una mano humana real para tocar a Ezequiel, sino “lo que parecía ser una mano”. 
 Esto demuestra que Dios creó las condiciones para que pudiera comunicar su revelación directamente al profeta; y este, a su vez, pudiera percibir todo claramente durante la revelación. Luego, al relatar estas experiencias, los escritores confiaron en su memoria y en dirección divina del Espíritu Santo para transmitir con precisión el mensaje de Dios.
Entonces, es necesario tener algunas cosas en mente. El hecho de que Dios es capaz de aparecer y hablar revela que no hay nada en su ser que le impida de hacerse visible a los seres humanos. No debemos confundir la evidente manifestación visible de Dios a las personas con la información y los conceptos que Dios les comunicó en esas ocasiones. Además, de acuerdo con las Escrituras, la invisibilidad divina no es determinada por el ser de Dios, o sea, por su naturaleza ontológica. En otras palabras, Dios es invisible no porque la divinidad esté, en esencia, más allá de la visión humana, sino porque Él terminantemente abomina el pecado. De hecho, poquísimas personas vieron a Dios (Ex 24:9, 10; Jc 13:17-22) e, incluso así, fue de lejos (Ex 33:21-23), y siempre con base en la condescendencia divina.
La comunicación divina siempre involucra condescendencia divina. En otras palabras, a fin de comunicarse, Dios intencionalmente desciende de su nivel de existencia y penetra en el nivel de existencia del ser humano creado. Nada impide, por tanto, que Dios pueda crear formas significativas de comunicación con sentido obvio y claro en el espacio y tiempo de la experiencia humana.

5. El Papel Humano

¿Qué posición o función desempeña el escritor humano que recibe la revelación?
Moisés interpretó lo que oía y veía como algo procedente de Dios; él sabía que las palabras y el ser que las hablaba representaban una representación divina. Las formas físicas milagrosas, el fuego y el ángel indicaban fuertemente la presencia divina. Tal vez, otra persona, talvez un pagano, podría haberlas interpretado de modo diferente.
Sin embargo, Moisés, comprendió no solamente las palabras, sino también el propósito de Dios al dirigirse hacia él; por eso, estaba en condiciones de conversar con Dios. Al hacerlo, Moisés, contribuyó con el contenido de las Escrituras. Así, las respuestas de Dios a las preguntas del profeta hicieron parte de lo que sucedió durante la teofanía, y, por tanto, del contenido revelado de las Escrituras. 
Fue por medio de sus capacidades humanas de percepción que Moisés recibió la revelación divina. Por ejemplo, es de resaltar que fue llamado por su nombre de forma personalizada.  Entendemos que, al relatar Moisés por escrito el incidente posteriormente, él confió en su memoria. Dios podría haber escogido repetir el evento en una visión o sueño, pero era repetición habría sido innecesaria para la producción del texto conforme encontramos en la Biblia. El modelo histórico-cognitivo cree que el texto fue escrito tan solo con base en las informaciones adquiridas durante el evento Teofánico.

6. Patrones de Revelación

Entonces, una teofanía es la manifestación real de Dios en el tiempo y en el espacio . De esta manera, Dios se introduce en la vida cotidiana del hombre de manera totalmente sobrenatural, trayendo una comunicación enteramente divina. A través de estas comunicaciones, son recibidos una serie de ‘mensajes directos y objetivos de parte de Dios’.  En el modelo teofánico, la comunicación consiste principalmente en palabras audibles. Sin embargo, es importante notar que la revelación vía teofanía cubre una porción extremamente limitada del texto bíblico.
El patrón teofánico, en el cual Dios se revela directamente, es clave para comprender los otros patrones de revelación en la Biblia, aunque los casos de ese patrón sean pocos y de corta duración.
Como formas de comunicación, no hay nada de sobrenatural en ellas. El ser humano ha usado esas formas significativas para comunicarse unos con otros desde la creación. Dios habla al respecto de sí mismo y de su voluntad usando formas y lenguaje inteligibles a los seres humanos. Al proceder así, Él puede revelar sus pensamientos directamente y sin distorsiones, aunque queden limitados por nuestros patrones de pensamiento. 
En el modelo histórico-cognitivo, las teofanías divinas constituyen el fundamento y el centro de todos los otros modos y patrones de la revelación. Dado que Dios se hace presente en el tiempo y en el espacio, sabemos que las formas significativas presentes en esas teofanías, ya sean literales o en sueños y visiones, proceden directamente de Dios. Por esta razón, sabemos que los significados literales y espacios-temporales de esas formas describen adecuadamente el ser y las acciones de Dios. La temporalidad de Dios, aunque infinita, permite que él se comunique literal y directamente con sus criaturas humanas y finitas. Dios habla con los profetas de forma directa, de acuerdo con sus propios patrones de pensamiento y lenguaje. Sea cual fuere el conocimiento que Dios le transmita por revelación, ese conocimiento es concreto y tiene relación directa con aquello a lo que Dios se está refiriendo, sea alguna parte de su creación o su propio ser.
Resumiendo, en el patrón teofánico de la revelación, los contenidos de las Escrituras fueron derivados del modo visible-milagroso-directo de comunicación divina. La interpretación y contribución humanas, aunque mínimas, estaban presentes y aportan pautas acerca de los papeles divino y humano en el proceso de producción de las Sagradas Escrituras.

7. Conclusiones

Las teofanías representan una forma crucial de revelación divina, proporcionando una conexión directa y tangible entre Dios y la humanidad. A través de estas manifestaciones, Dios se hace presente en el tiempo y el espacio, permitiendo una comunicación clara y significativa. El estudio de las teofanías en el contexto bíblico revela la profundidad y riqueza de la naturaleza divina, así como la importancia de estas experiencias para los escritores bíblicos. Al comprender las teofanías, podemos apreciar mejor la revelación en Cristo y la continuidad de la comunicación divina a lo largo de la historia. Este análisis subraya la relevancia de las teofanías como un medio esencial para la comprensión de la revelación y la interacción de Dios con los escritores bíblicos.

Apéndice
Manifestaciones teofánicas a través del Antiguo Testamento
Algunas referencias bíblicas de teofanías en el AT son:
1. Dios apareciendo con una tormenta eléctrica (Ex 19:9-11; 16-22 ; 2 Sa 22:8-15; Sal 18:7-14; Isa. 64: 1-3).
2. Apareciendo en el fuego (Ex 3:2; 13:21-22; 24:17-18; Hch 2:2-4; Gn 15:17-18; Gn 19:24; Ex 9:23-24; Lv 9:24; 1 Re 18:14).
3. Apareciendo en una nube (Ex 13:21-22; 40:38; 24:15-18; Ex 24:15-18; Is 4:5; Ex 16:10; 1 Re 8:10-11; Ez 10:3-4; Lm 3:44; Mat 17:5; Hch 1:9; Dn 7:13; Mt 24:30; 26:64; Ap 1:7; 14:14).
4. Apariencia en gloria (Ex 16:10; 24:16; 40:34-35; Nm 16:42; 1 Re 8:11; Is 4:5; Ez 10:4; Mt 24:30; Ex 29:43; 33:21-23; Lv 9:6,23; Nm 14:10; 16:19; 20:6; Is 6:3; 60:1-3; Sal 80:1,3,7; Ml 4:2).
5. Apariencias de la corte de Dios (Is 6:1-4; 1 Re 22:10-12; 19.22; Job 1:6-12; 2:1-6; Dn 7:9-10; Sal 82:1; 89:7; Ez 1:22,26; Ap 4:2-6; 5:11).
6. Apariciones de un hombre (Ez 1:26-27; Dn 7:9; Isa. 6:1; Ex 24:10; 1 Re 22:19; Gn 28:12-13; 18:1-2; Jos 5:13-15; D. 3:25; Jc 13:3; Dn 10:5-6; 7:13).
7. Apareciendo como un guerrero (Jos 5:14; Nm 22:23; 1 Cron 21:16; 2 Re 19:35; Is 59:17; Ex 15:3; 6-12; Is 63:1-6; Ha 3:8-15; So 3:17; Za 9:14-15; 14:3-5; 1 Sa 17:46; Jos 5).
8. Apareciendo con un carro (Is 66:15-16; Ha 3:8-9; 2 Re 6:17; Sal 68:17-18; 2 Re 2:11-12; Sal 68:33; Is 19:1).
9. Otras apariciones (Gn 12:7; 17:1-2, 22, 20:3; 26:2,24; 35:9,13; Ex 6:3; 1 Sa 3:21; 1 Re 3:5; 1 Re 9:2; Mt 1:20, 2:13,19).
10. Apareciendo en la creación (Gn 1:2)

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