lunes, 19 de diciembre de 2022

Juicio Pre advenimiento

El concepto de juicio antes del regreso de Cristo, o lo que llamamos Juicio “preadvenimiento”, se encuentra en muchos lugares de las Escrituras.

Lee Daniel 7:9 al 14; Mateo 22:1 al 14; Apocalipsis 11:1, 18 y 19; y 14:6 y 7. ¿Cómo arrojan luz estos pasajes sobre la noción de un juicio investigador preadvenimiento en la corte celestial? ¿Cuál es la importancia de ese juicio?

El concepto de un juicio investigador preadvenimiento del pueblo de Dios se basa en tres enseñanzas bíblicas básicas.

La primera es la noción de que todos los muertos, justos o injustos, permanecen inconscientes en sus tumbas hasta la resurrección final (Juan 5:25-29).

La segunda es la existencia de un juicio universal de todos los seres humanos (2 Cor. 5:10 Apoc. 20:11-13).

La tercera es el hecho de que la primera resurrección será la recompensa bendita para los justos, y la segunda resurrección será la muerte eterna para los injustos (Juan 5:28, 29; Apoc. 20:4–6, 12–15).

Esto significa que, si todos los seres humanos serán juzgados, deberían ser juzgados antes de sus respectivas resurrecciones, porque en esas resurrecciones recibirán su recompensa final.

El libro de Daniel nos ayuda a comprender el tiempo y la naturaleza de ese juicio preadvenimiento. Al final de los 2.300 días simbólicos, en 1844, el Santuario celestial sería purificado (Dan. 8:14, comparar con Heb. 9:23) y comenzaría el Juicio Investigador preadvenimiento (Dan. 7:9-14), dos formas diferentes de expresar un mismo hecho. Y el Juicio es “en favor de los santos del Altísimo” (Dan. 7:22, NVI). Es decir, son buenas noticias para el pueblo de Dios.

En Mateo 22:1 al 14, Jesús habló de una investigación de los invitados a la boda antes de que comenzara la fiesta de bodas.

Y en el libro de Apocalipsis, se hace referencia al Juicio Investigador preadvenimiento mediante la tarea de medir “a los que adoran” en el Templo de Dios (Apoc. 11:1) y el anuncio de que “la hora de su juicio ha llegado” (Apoc. 14:6, 7; comparar con Apoc. 14:14- 16).

El hecho de saber que hay un juicio en el cielo, ¿cómo debería afectar nuestra manera de vivir aquí, en la Tierra?

Cada uno de nosotros decide su destino eterno, y de nosotros depende en absoluto que alcancemos la vida perdurable. ¿Viviremos las enseñanzas encerradas en la Palabra de Dios, que es el incomparable libro de texto de Cristo? Este es el libro más grandioso, aunque el más sencillo y comprensible de todos cuantos se han escrito para dar instrucciones respecto a la conducta apropiada en lo que a modales, lenguaje y sentimientos se refiere. Es el único libro que puede preparar a los seres humanos para la vida que se compara con la vida de Dios. Y los que estudien diariamente esta Palabra serán los únicos que merecerán el diploma que les dará derecho para educar y preparar a los niños para entrar en la escuela superior, donde serán coronados como triunfantes vencedores.

Cristo Jesús es el único que puede juzgar si los seres humanos están en condiciones de recibir la vida eterna. Los portales de la santa ciudad se abrirán ante los que hayan sido humildes, mansos y sencillos seguidores de Cristo, ante los que aprendieron sus lecciones y recibieron el seguro de vida de Jesús por haber formado caracteres según la divina semejanza (Dios nos cuida, p. 66).

En el gran día de la expiación final y del juicio, los únicos casos que serán tomados en cuenta serán los de quienes hayan profesado ser hijos de Dios. El juicio de los impíos es obra distinta y se verificará en fecha posterior…

Los libros del cielo, en los cuales están consignados los nombres y los actos de los hombres, determinarán los fallos del juicio…

El libro de la vida contiene los nombres de todos los que han entrado en el servicio de Dios. Jesús instruyó a sus discípulos: ‘Regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos’. Lucas 10:20. Pablo habla de sus fieles compañeros de trabajo, ‘cuyos nombres están en el libro de la vida.’ Filipenses 4:3.

Un libro de memoria’ está escrito ante Dios, en el cual quedan consignadas las buenas obras de ‘los que temen a Jehová, y de los que piensan en su nombre.’ Malaquías 3:16. Sus palabras de fe, sus actos de fe, sus actos de amor, están registrados en el cielo (The Faith I Live By, p. 210; parcialmente en La fe por la cual vivo, p. 212).

A medida que los libros de memoria se van abriendo en el juicio, las vidas de todos los que hayan creído en Jesús pasan ante Dios para ser examinadas por él. Empezando con los que vivieron los primeros en la tierra, nuestro Abogado presenta los casos de cada generación sucesiva, y termina con los vivos.

Cada nombre es mencionado, cada caso cuidadosamente investigado. Habrá nombres que serán aceptados, y otros rechazados. En caso de que alguien tenga en los libros de memoria pecados de los cuales no se haya arrepentido y que no hayan sido perdonados, su nombre será borrado del libro de la vida, y la mención de sus buenas obras será borrada de los registros de Dios. El Señor declaró a Moisés: “Al que haya pecado contra mí, a este borraré de mi libro”. Éxodo 32:33 (El conflicto de los siglos, p. 474).

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