jueves, 20 de junio de 2024

La importancia de la Palabra de Dios

PALABRAS POR LAS CUALES PODEMOS VIVIR

Algunos eventos cambian nuestra vida. Un accidente de tránsito, por ejemplo, que interrumpe todos tus sueños: de un minuto a otro, todos los planes proyectados para la vida ya no valen nada; ahora tienes que reinventar. Nada es como antes y te preguntas cómo será tu futuro. 

Justamente, eso es lo que el joven Lutero experimentó en julio de 1505 mientras viajaba de su ciudad natal, Mansfeld, a la Universidad de Erfurt. Cerca de la ciudad de Stotternhem, fue sorprendido por una fuerte tormenta de verano y un rayo cayó cerca de él. Quedó tan petrificado con ese encuentro tan cercano a la muerte, que le prometió a Dios que cambiaría su vida radicalmente: entraría en el monasterio y se haría monje. 

En el monasterio conoció la Biblia por primera vez. La Palabra de Dios, la “querida Biblia”, como posteriormente la llamaba, llegó a ser el fundamento y la norma de su fe, vida y predicación.

Ver: http://revistaadventista.editorialaces.com/2019/03/07/biblia_libro/

CONTEXTO HISTÓRICO E INTERPRETACIÓN DE LA PINTURA

Poco después, Martín Lutero fue enviado a la nueva universidad, en Wittenberg, para enseñar Filosofía y estudiar teología, al mismo tiempo. 

En 1512 obtuvo su doctorado en Teología, por la Universidad de Wittenberg. No era un estudioso que se recluía para ocuparse solo del estudio.

Además de sus deberes de enseñar en la universidad, recibió la responsabilidad de actuar como pastor en la Iglesia de la ciudad. Por lo tanto, estaba siempre en contacto con muchas personas. Su congregación comprendía su predicación y se sentía profundamente impresionada con la forma por la cual él explicaba las Sagradas Escrituras. 

Esta escena está retratada en la parte inferior de la pintura del Altar de la Reforma, donde Lutero está en pie predicando desde el púlpito. La Biblia permanece abierta frente a él, y su mano izquierda apunta hacia ella. La mano derecha está apuntando hacia Cristo, el centro de nuestra fe (en el centro de la pintura). La ropa de Jesús en la cruz está agitándose con el viento, simbolizando el Espíritu Santo por medio de quien las palabras del predicador reciben autoridad, a través de quien Jesús mismo habla y por medio de quien la congregación entiende. 

A la izquierda del cuadro, podemos ver una parte de la congregación, en Wittenberg. El hombre anciano, con barba larga, en la pared del fondo es el propio pintor, Lucas Cranach, el Viejo; la mujer en el primer plano, con un lienzo vivo, es la esposa de Martín Lutero, Katharina Von Bora; los hijos están reunidos a su alrededor. Y así como en una situación real de la iglesia, no todos están siempre escuchando atentamente el sermón, sino observando a los demás presentes. 

Un joven está mirando a las jóvenes; una de ellas está cuchicheando algo a otra. Vemos un culto normal de la iglesia, así como sucede hoy.

La pintura con el sermón es parte del pedestal del altar o de la plataforma. Normalmente, era ahí donde la iglesia mantenía sus reliquias sagradas. Pero, cada vez tenían menos valor para Lutero. 

Finalmente, las rechazó como totalmente inútiles. 

Antes, su énfasis estaba en el verdadero tesoro del evangelio que podría traer alivio y paz al creyente: en sus 95 tesis, las que clavó en la puerta de la iglesia, y que desencadenó la Reforma Protestante, él dice (tesis 62): “El verdadero tesoro de la Iglesia es el santísimo Evangelio de la gloria y de la gracia de Dios”. 

Los verdaderos tesoros no son, por lo tanto, las reliquias que pueden comprarse por grandes sumas de dinero, sino el evangelio, las buenas nuevas, el mensaje de que Jesucristo murió en la cruz por nosotros. 

Proclamar ese evangelio llegó a ser el trabajo de la vida de Lutero, como doctor en teología en la universidad, como predicador en la iglesia de la ciudad, como amigo, como padre y hasta como testigo delante de los gobernantes en la asamblea imperial.

 EL GRAN VALOR DE LA BIBLIA PARA MARTÍN LUTERO

La Palabra de Dios, dijo Lutero, no es anticuada o moderna, es eterna. 

Consecuentemente uno de sus slogans era: “Verbum dei manet in aeternum” (“La palabra de Dios permanece para siempre”, basado en Isaías 40:608, citado en 1 Pedro 1:24, 25). 

Visto que la Palabra de Dios no cambia, en contraste con nuestro mundo transitorio, no hay mejor fundamento sobre el cual construir nuestra vida, independientemente de nuestras circunstancias. 

Podemos confiar en ella, porque todavía tiene el mismo poder de cuando los profetas fueron inspirados a escribirla en el nombre de Dios. Y por eso vale la pena que depositemos nuestra confianza en ella. 

La Palabra de Dios, las Sagradas Escrituras, es suficiente para la vida y para la muerte. Ella “era tan importante para Martín Lutero que en la cuarta estrofa del famoso himno “Castillo fuerte” escribió lo siguiente: “es la Palabra del Señor que lucha a nuestro lado...todo ha de perecer, de Dios el reino queda”. 

En otras palabras, la Palabra de Dos supera toda la autoridad humana, sea reconocida o no. Y otro himno bien conocido de Lutero comienza con las palabras: “Susténtanos, Señor, con tu Palabra”.

Al estudiar la Biblia, le quedó claro a Lutero que en ella se encuentran las buenas nuevas que Jesús nos ofrece, la salvación como una dádiva gratuita. Por lo tanto, ninguna tradición de la iglesia debería suplantar o cambiar lo que la Escritura enseña con claridad (sola scriptura).

Esa declaración tan clara provocó la oposición de la iglesia. No tardó mucho y el reformador fue acusado de herejía. Cuando se lo intimó a comparecer delante de la asamblea imperial de la Dieta de Worms, en 1521, el Emperador Carlos V exigió que se retractara de las cosas que había escrito. 

Lutero no estaba preparado para esa confrontación, pidió tiempo para considerar su respuesta. Al día siguiente, cuando fue confrontado nuevamente con la orden para negar lo que había escrito, respondió:

“Que se me convenza mediante testimonio de las Escrituras y claros argumentos de la razón, porque no creo ni en el Papa ni en los concilios, ya que está probado a menudo que están equivocados, contradiciéndose a sí mismos, por los textos de la Sagrada Escritura que cité, estoy sometido a mi consciencia y unido a la Palabra de Dios. Por eso, no puedo ni quiero retractarme de nada, porque hacer algo contra la conciencia no es seguro ni saludable. No puedo hacer otra cosa, esta es mi posición. ¡Que Dios me ayude!”

La Palabra de Dios era tan importante para él, que estaba preparado para sufrir las consecuencias de su compromiso con la Biblia. De esa manera Lutero fue conocido como el hombre de las Escrituras. 

Por siglos la iglesia había negado a los laicos y a las mujeres el acceso a la Biblia; ahora comenzó un gran interés por la Biblia, que se estaba poniendo a disposición en el idioma común, en vez del latín eclesiástico, que solamente comprendían algunos eruditos.

Siendo así, parece lógico que Martín Lutero haya dejado de predicar en latín, y prefería antes predicar en alemán, el idioma común del pueblo. Pero eso no era suficiente. 

Para Martín Lutero, el pueblo también debería ser capaz de leer la Biblia en su propia lengua. Para que eso fuera posible, la Biblia tenía que ser traducida. Una oportunidad enviada por Dios surgió cuando el Príncipe Federico, el sabio, trajo a Martín Lutero al castillo de Wartburg, después de la Dieta de Worms, para protegerlo del odio de la iglesia y del emperador. 

Allí, en la seguridad del castillo, Lutero se empeñó en la inmensa tarea de traducir la Biblia. Comenzó por el Nuevo Testamento, y con la ayuda de amigos eruditos, logró concluir el trabajo. 

En septiembre del año siguiente, 1522, se imprimió la primera edición del así llamado “Testamento de septiembre”. La Biblia entera en alemán fue publicada por primera vez en 1534. 

Lutero continuó haciendo mejoras en su traducción, con el propósito de que la Palabra de Dios estuviera pronto accesible y comprensible al pueblo común antes de su muerte.

SIN LA BIBLIA NO PUEDES SER CRISTIANO

La “querida Biblia”, como Lutero la llamaba, era tan importante para el reformador que él arriesgó la vida por ella.

¿Cuánto significa la Palabra de Dios para ti?
¿Cuándo fue la última vez que pasaste tiempo con la Biblia? 

¿Todavía recuerdas lo que leíste?

¿O hace tanto tiempo que para ser sincero tienes que admitir que no conoces tu Biblia? 

¿Tienes dificultades para incorporar las enseñanzas de la Biblia en tus conversaciones? 

Eres como un adolescente que tiene el último Smartphone que fue lanzado, pero que no le sirve para nada porque está sin batería. 

La Biblia puede darnos mucho más que solo el buen sentimiento de tener un ejemplar en el estante, aunque con seguridad ese puede ser el primer paso en la dirección correcta. 

Pero la Biblia está destinada a ser leída y oída; Dios desea hablar contigo a través de su Palabra. Tú necesitas familiarizarte con ella. Es la carta de Dios para ti. Solo entonces ella llegará a ser lo que debe ser para ti: la Palabra personal de Dios.

NUESTRA HERENCIA

El profeta Jeremías (23:29) dice que la Palabra de Dios es tan poderosa que hasta puede despedazar las rocas. Penetra profundamente en nuestro interior (Hebreos 4:12). Pero, sobre todo, transformará nuestra vida. Ya sea que lo creas o no, si pasas tiempo explorando la Biblia, ¡serás transformado!

Entras en la esfera de la poderosa in uencia de Dios, que llega a ser una fuente de fuerza para nuestra vida diaria. Cuando leemos y estudiamos su Palabra, Dios nos muestra lo que más necesitamos conocer: a Jesús, el camino, la verdad y la vida. Él nos llevará a abrazar la vida eterna y a experimentar una vida nueva de santidad. 

Por eso es importante que tengas siempre una Biblia pequeña contigo. En esta era de la tecnología, puedes tener la Biblia en un aplicativo en tu celular. Desafío a cada joven a memorizar la Biblia. Puedes hacerlo a tu propio ritmo. 

Registra todos los versículos que logras repetir de memoria. Busca aumentar el número de versículos memorizados cada mes. Llegará el tiempo (en breve) cuando estaremos ante los tribunales para testificar. Ya nos habrán quitado las Biblias, pero tenemos la con anza de que el Espíritu Santo traerá a nuestra memoria lo que hemos estudiado elmente.

En su primer libro pequeño llamado Primeros Escritos, la joven Elena de White escribió: “Recomiendo al amable lector la Palabra de Dios” (p. 78). 

Ese consejo surgió de su propia experiencia de la lectura de la Biblia que impactó e informó toda su vida. Ella fue una mujer de las Escrituras que vivió con la Biblia, amó la Biblia y leyó la Palabra de Dios todos los días. Para ella, la Biblia era una verdadera fuente de vida, así como lo fue para Lutero, y esperamos que también sea para ti.

Nuestro legado: “Las Sagradas Escrituras, que abarcan el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, constituyen la Palabra de Dios escrita, transmitida por inspiración divina. Los autores inspirados hablaron y escribieron impulsados por el Espíritu Santo. Por medio de esta Palabra, Dios comunica a los seres humanos  el conocimiento necesario para alcanzar la salvación. Las Sagradas Escrituras son la revelación suprema, autoritativa e infalible de la voluntad divina. Son la norma del carácter, el criterio para evaluar la experiencia, la revelación definitiva de las doctrinas, un registro fidedigno de los actos de Dios realizados en el curso de la historia (Salmos 119:105; Proverbios 30:5, 6; Isaías 8:20; Juan 17:17; 1 Tesalonicenses 2:13; 2 Timoteo 3:16, 17; Hebreos 4:12; 2 Pedro 1:20, 21)”.

PREGUNTAS PARA DISCUSIÓN:

(Líderes: En el caso de que las preguntas sean muchas para el tiempo reservado, elijan las que consideren más relevantes para su grupo).

1. ¿Hacer buenas obras tiene algún mérito salvífico para el cristiano?

2. ¿Cómo reconciliar las obras y la fe en tu experiencia cristiana?

3. ¿Cuándo tienes que defenderte siempre de la cultura popular, te sientes un poco como se deben haber sentido Lutero y los otros reformadores?

4. ¿Sientes que siempre tienes que protestar contra ciertos comportamientos y puntos de vista entre tus amigos?

PREGUNTAS PARA TI:

1.  ¿Cómo el estudio de la Palabra de Dios te revela el pecado en tu vida?

2. ¿Qué significa para ti 2 Timoteo 3:16-17?

 “ Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a n de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra”. (NVI)

3. ¿Cómo le puedes dar a la Palabra de Dios un papel más activo en tu vida? 

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